podrán
podrán cortar todas las flores;
siempre habrá un hombre semilla.
viernes, octubre 31, 2008
SOBRE EL ESPEJO.
Yo no podría ser el espejo en que te mires para buscar un canto[1] de paz o de tranquilidad; antes al contrario al mirarte en mí descubrirías que me estoy mofando de ti; sí, yo soy un espejo deformante de feria: hora te muestro escuálidas y pálidas todas las facciones y fechos del alma, hora te muestro botera o greca o rubensada las formas, el porte o el esqueleto, la felicidad y la alegría del cuerpo.
Que yo, aunque soy el espejo en el que la reina mala contrasta su fealdad frente a ti, en realidad soy un espejo de agua y al mirarte en mí puedes encontratrarte....
Si te dijese la verdad temo que morirías ahogada no por la sangre de mi corazón roto si no por los lágrimas de mi alma desangrhada...
[1] canto en Extremadura equivale a trozo, especialmente al corrusco de los extremos.
RETORCIÉNDOSE...
¿INFORMACIÓN?
N.B. La noticia base es ya añeja pero aún sirve; aquel mundo sucio del deporte como este mundo no tiene fin; siempre puede encenderse con desmedida...:
Hace bastantes años, eran los primeros de la década de los setenta del siglo XX, un individuo, con porte de señorito andaluz, me vio leyendo el periódico “Pueblo” y exclamó horrorizado: ¡ Pobre muchacho, con lo joven que es y el periódico que lee¡
Pues menos mal, le hubiera dado un patatús, si hubiera sabido de mis otras lecturas
privadas.
N.B. De cualquier manera entonces yo leía “YA”, “ABC”, “PUEBLO”, “HOY” y la badajocense “HOJA DEL LUNES”.
Pues lo anterior viene a que yo soy “alonsista” y que, según compruebo, su mundo depende del periódico que lo mira:
Según el “EL PAÏS” y el “AS”, que son como los RR.CC., Fernando Alonso ha fracasado...
Según el “lobato” de Telecinco el coche se quedaría parado ya que Renault había programado correr hasta agotar el depósito;
- El R-28 deja tirado a Alonso
El monoplaza del asturiano ha empezado a humear a falta de dos minutos para el final de la sesión
- Fórmula 1 | Pretemporada 2008
El coche de Alonso echa humo
El monoplaza de Fernando Alonso se quedó parado y humeando apenas unos metros después de cruzar la línea de meta a falta de dos minutos para el final de la segunda sesión de entrenamiento que se disputa desde las 10.00 horas en el circuito Ricardo Tormo de Cheste.
¿Información o desinformación (de los periodistas)?
En cualquier caso, ¡¡¡DE PENA¡¡¡
EL LENGUAJE COMO SISTEMA FRACTUAL.
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(DETERMINACIÓN DE LA REGLA O ALGORITMO FRACTUAL SUBYACENTE EN LA FORMACIÓN DE LOS ELEMENTOS LINGÜÍSTICOS) | |||||||||||||||||||||||||||||||||
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Copyright© Antonio Mateos Martín de Rodrigo | |||||||||||||||||||||||||||||||||
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Dedicatoria - Prólogo - Índice | |||||||||||||||||||||||||||||||||
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" ...y esto sin exceptuar de esta universalidad ni doctos ni indoctos, ni esta lengua ni la otra... ". p.5. Casiodoro de Reina. | |||||||||||||||||||||||||||||||||
"Parte alícuota de un número es aquella que, tomada varias veces, genera exactamente ese número. Así, el uno, que genera repitiéndose, exactamente cualquier otro número; si se repite dos veces, genera el dos; si tres, el tres; si cuatro, el cuatro; y así sucesivamente " . p.44.Juan Martínez "Silíceo". | |||||||||||||||||||||||||||||||||
" Es incitante una metafísica de lo dual. Todo lo que es, es uno. Pero además de las unidades hay las re unidades. Y la primera y más fecunda reunidad es la de lo par, la que se integra de dos cosas. Hay como un hambre metafísico del intelecto humano para lo par o lo dual ". p. 253 Caba, Pedro. | |||||||||||||||||||||||||||||||||
" ...abrazad la causa por las fuerzas de la verdad... mientras tanto, no asistiendo a nadie, ni siquiera a mí mismo, solamente se comprobará con firmes razones y argumentos las cosas que fuesen precepto ". (Tratado de los Errores de Porfirio), ver Aldea Gimeno.Francisco Sanchez de las Brozas Cliqueando sobre los enlaces el visitante tendrá acceso a los distintos elementos de la página web que fue diseñada por Francisco Cáceres Romero. | |||||||||||||||||||||||||||||||||
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jueves, octubre 30, 2008
CARENCIAS Y DESEOS...
pero por mirada no tengo tu mundo
y no sé qué hora es en tu mundo
o si sucedes como una sonrisa
o tus ojos lluvian en tu mundo...
pero por mirada no tengo tu mundo ni tu pelo
y no sé en qué estanque o lago bañas tus sueños
en tu mundo;
pero yo me bañaría en tu mirada
y también me bañaría en tus sueños...
en cualquier mundo;
pero sueño por sueño y si llevan a uno tuyo
que los míos nunca me encuentren despierto
en ningún mundo...
DE JERUSALÉN...
EL PARAÍSO CELESTIAL: DE SU ACCESO E INTERPRETACIÓN EMERITENSES.
INTRODUCCIÓN:
En el período visigodo, decía Aquilino Camacho Macías(1988), que la ciudad de Augusta Emerita alcanzó su máximo esplendor; éste se había iniciado en el momento en que según Etienne(1982), se le concedió
EL ACCESO EMERITENSE AL CIELO O PARAÍSO CELESTIAL.
Santa Eulalia, como dice Prudencio(siglos IV-V), aún ennoblece más a su ciudad natal; y hace de ella, tras Jerusalén y Roma, la tercera “puerta” más prestigiosa de
La nueva religión formaba una comunidad singular denominada Cuerpo Místico de Cristo; de aquí que los méritos de unos (los miembros de la “Iglesia triunfante”) eran transmisibles a los otros (los integrantes de la “Iglesia militante” en estado de gracia); dicha creencia se basaba en el dogma cristiano de la “comunión de los santos”. Por influencia de este dogma los cristianos de la “iglesia militante” hubieron de emprender largas andaduras en busca de su salud espiritual, también física: los mártires como dice Prudencio atendían todas las necesidades espirituales y algunas materiales de sus devotos
Pero de cara al negocio de la salvación el hecho más importante era que los mártires estaban considerados co-juzgadores de los hombres (“quien beba el mismo cáliz que ha bebido Jesús -afirmaba categóricamente Orígenes(Hamman,1998)- se sentará, reinará y juzgará con el rey de reyes); el patronazgo, de los mártires, por tanto, significaba una más fácil salvación en momentos en que aún no se había impuesto el martirio de voluntad o no sangrante como nuevo medio de santificación personal, sobre todo para los fieles simples.
Además, como recuerda Martigny(1894) la celebración de
Ante tamaña consideración de los templos martiriales, iglesias o aulas la importancia espiritual del “martirio”, “confesión”, “memoria” o “túmulo” de Santa Eulalia en Mérida, durante el siglo IV y aún posteriores, nos es revelada por José Caballero Zoreda y Pedro Mateos Cruz(1995); según ellos fue el único existente en las Hispanias durante dicho siglo (“no está atestiguada arqueológicamente ninguna iglesia martirial hispana durante el siglo IV”).
N.B. Evidentemente toda la escenografía de las basílicas martiriales revelaba su consideración como una representación del paraíso celestial; en palabras de Martigny: “los artistas se dedicaron naturalmente á decorar, como un jardín delicioso, los cementerios ó las criptas donde descansaban los venerados restos de los mártires..., expresando así la gloria celestial que disfrutaban”.
INTERPRETACIÓN EMERITENSE DEL CIELO: EL CIELO QUE VIO EL NIÑO AUGUSTO Y EL QUE ACOGIÓ AL MONJE BEODO.
El esplendor emeritense tuvo también otra importante manifestación: el “Libro de las Vidas de los Obispos Santos emeritenses”; entre sus muchas perlas recogemos ahora una interesante interpretación del Paraíso Celestial
Este libro, obra inconmensurable, fue redactado, según las investigaciones de Antonio Maya Sánchez(1992) en dos momentos del siglo VII por manos de dos diáconos de Mérida, el primero anónimo y el segundo llamado Paulo.
En este libro
De este cambio da fe la interpretación emeritense del paraíso celestial.
Al parecer este “cielo”, es el fruto de las primeras “visiones” que, en España, describen las mansiones celestiales (esta visión ha sido interpretada por el psiquiatra Blas Curado(1998) como alucinaciones derivadas de un “delirio tremens”)
Los antecedentes directos y explícitos del “cielo emeritense” se hallan en las africanas “Confesiones” de San Agustín de Hipona a despecho de las deducciones de Claude Carozzi(1994). Evidentemente otros antecedentes ciertos han de rastrearse tanto en la escatología cristiana como mitológica de la antigüedad.
En Europa, y de carácter religioso, tenemos conocimiento previo del “cielo” en San Ireneo (siglos II y III); éste sitúa en la tierra su versión del “Apocalipsis” de San Juan (McDannell y Lang,1990).
El comienzo de la literatura religiosa europea de “visiones” puede radicarse en el Papa San Gregorio Magno durante el siglo VI; éste en sus “Diálogos” recoge la visión de Esteban; le sigue Gregorio de Tours con la “Visión de San Salvio” y la de Sunniulf; a continuación escribe San Beda las visiones de Fursa y de Drythelm ; les sigue
También con anterioridad en España apareció una preciosa descripción del Paraíso en la pluma de Aurelio Prudencio Clemente; pero esta descripción se encuentra fuera de las literaturas de “viajes” y “visiones”.
De época visigoda, aunque posteriores a las visiones emeritenses, son las “visiones” de los cielos descritas por San Valerio del Bierzo (Lidia de Malkiel, ver Patch, 1983).
La que sigue es una de las más originales de
Temáticamente continúa la tradición del “Poema de Gilgamesh”: el negocio que se presenta es la inmortalidad; en este sentido contrasta con el “infierno” de Homero al que Ulises va pero sin intención de permanecer en él.
Siguiendo la tradición, rota tan sólo por Santa Mónica y San Agustín, entre los humanos, y por Jesús y
Pero mientras el niño Augusto ve a Jesucristo Santa Mónica y San Agustín no.
El “Cielo Emeritense” es una sencilla pero sutilísima pieza de Teología Cristiana: además de asociar el Cielo “celeste” con el Edén o Paraíso Terrenal terrestre lo declara un lugar para la sensualidad pura de los sentidos; además de “flores fragantes”, dotadas de extraños perfumes, la boca puede saborear comida y bebida únicas; sobre todo la “carne de aves”, lo cual constituye una novedad entre los alimentos celestiales.
Evidentemente para un cristiano en el Cielo no puede haber mejor manjar ni más exclusivo que la “carne de ave”, es decir, la “Sabiduría” del Espíritu Santo (simbolizado por una paloma). En palabras de San Agustín: “Entramos en nuestras almas para trascenderlas después y así llegar a la región de la abundancia indeficiente donde tú apacientas a Israel con el alimento de la verdad. Y allí la vida es la Sabiduría[1]”.
Evidentemente Jesucristo, en el Cielo, no es sujeto de comunión para los fieles que han alcanzado la salvación al no necesitar ya de su sacrificio reparador.
Jesucristo es, para los ojos de los moradores del paraíso emeritense, la suprema belleza: “deslumbrador y apuesto en extremo, hermoso de rostro”; junto con él todos sus moradores humanos también son descritos como bellos de cuerpo y de vestiduras; por ello, este cielo, dotado también de sirvientes, pertenece al tipo de los denominados “cortesanos”.
Esta descripción cortesana o palaciega del cielo se completa con otra en la que el cielo se asocia con el Paraíso terrestre de Adán y Eva, ya como huerto de recreación, jardín u hortal.
Acaso por su condición de “cielo cortesano” el “paraíso emeritense” es presentado, también, como Tribunal de Justicia; en él se desarrolla una especie de pre-Juicio; éste exigido por el derecho de los mártires a entrar directamente en el cielo tras su cruenta muerte.
El cielo emeritense es uno de los primeros “cielos” no testamentarios, tras el Apocalipsis, que “confirma” la existencia en él de hombres y mujeres formando “coro” junto a los ángeles. Pero en esta visión del cielo no sólo las mujeres recobran su igualdad frente a los hombres; en la figura de Santa Eulalia se les reserva el “oficio” de ángel y arcángel.
Como Jardín o Huerto el paraíso emeritense es una excepción en el cristianismo; el Apocalipsis de San Juan había establecido, definitivamente, la “ciudad” como imagen del Paraíso Celestial(cap. 21) introducida por Isaías(cap. 26).
Pero sin lugar a dudas como gran novedad, posiblemente única vez en la historia de
Sin lugar a dudas el cristianismo emeritense volvía sus ojos a sus primeros destinatarios, los desheredados del mundo; además hay en él referencias directas al cielo como la solución a los problemas de la pobreza y de la injusticia social.
El “cielo emeritense”, como el cielo evangélico, también tiene “Moradas(San Juan,14,2), es decir, lugares que se corresponden con los merecimientos terrenales de sus habitantes celestiales; éstos son representados por “escaños” para indicar la jerarquización o “moradas” de los merecimientos.
Las “gradas” de este cielo revelan que los autores de las “Vidas...” tienen en mente como referencia el ábside de la basílica de Santa Eulalia en su etapa catedralicia cuando se denominaba de “Santa Jerusalén”; en realidad los autores de las “Vidas...” transcriben el suntuoso conjunto episcopal, del que formaba parte la basílica eulaliense, como modelo arquitectónico de este “cielo”.
Las ascensiones o vuelos del alma desde la tierra al cielo por propio poder ha de entenderse a partir de la conversión del alma en “paloma” o imagen del Espíritu Santo; estas no se realizan en solitario por parte de los agraciados que viven plenamente la “comunión de los santos”: una legión de santos y mártires acompañan a los difuntos. En el caso del monje alcohólico sus acompañantes son San Pedro, San Pablo, San Lorenzo y una innumerable legión de elegidos.
Contrapunto a este cielo al que puede llegar, incluso un beodo, aparece una virgiliana descripción del infierno. En él sufría ya “eternas penas” por haberse ganado “perpetua muerte” el muy poderoso rey Leovigildo “pasto de peces de siempre hirvientes aguas”.
último momento; un arriano, negador del Misterio de
EL CIELO TRADICIONAL DEL CRISTIANISMO DESCRITO EN EL APOCALIPSIS[2]:
“...visto el autor de la vida eterna, Jesucristo el Señor, entre coros de ángeles e incontable multitud de todos los santos...
un hombre deslumbrador y apuesto en extremo, hermoso de rostro...
..aquel señor más bello que los demás...”.
EL CIELO COMO JARDÍN O PARAÍSO:
“Estuve en un lugar ameno, donde había muchas flores fragantes, hierbas muy verdes, rosas y lirios, y muchas coronas de piedras preciosas y oro, innumerables tapices de seda y una suave brisa de templado relente que refrescaba todo con su soplo.
para que te enseñe el jardín que tengo...
...me sacó a un huerto amenísimo, donde había un riachuelo de aguas cristalinas; a lo largo, numerosas flores y follajes de fragante aroma, que exhalaban olor de raros perfumes”.
EL CIELO Y SUS MORADAS:
“También vi allí innumerables escaños dispuestos a derecha e izquierda. Colocado en medio, se alzaba un escaño más elevado”.
EL CIELO COMO LUGAR DE LOS BUENOS PLACERES TERRENALES Y
“Había numerosos criados, todos engalanados y hermosos preparando las mesas y el exquisito banquete. La abundante variedad de platos se surtía no con carne de cualquier animal: sino sólo de aves y todo lo que se ofrecía era blanco como la nieve.
Al empezar a comer... De aquel banquete ordenó darme comida y bebida, cual yo nunca había visto; que al tomar, me inundó de alegría. Y de verdad confieso que por virtud de aquel alimento me sentí de tal manera confortado, que ya nunca apeteceré otro”.
EL CIELO COMO TRIBUNAL DE JUSTICIA:
“Cuando se iba, traían ante su tribunal a no sé qué hombres que vociferaban y clamaban a grandes gritos. Al oir sus voces dijo: “Llevad fuera a los malos siervos; no son dignos de ver mi rostro”. Cuando lo hubo dicho, tan rápidamente fueron retirados, que no pude verlos más ni reconocerlos”.
“Luego que arrojaron fuera a aquellos hombres...”
“No temas hijo. Pasa tras de mí y quédate ahí. Añadiendo: “Sábate que seré tu protector. Nada te faltará jamás. Yo siempre te sustentaré, ye vestiré, en todo tiempo te protegeré y nunca te abandonaré”.
LAS VESTIDURAS DE LOS JUSTOS Y SU NO EQUIVALENCIA A
“...irrumpió súbitamente gran multitud de invitados, todos engalanados de oro y piedras preciosas, ceñidos de brillantes coronas; marchaba una fila de la multitud por la derecha y otra por la izquierda; y a sí avanzando por uno y otro lado, rendían inefable tributo de veneración a su rey.
...Los hombres que allí vi distan mucho de los hombres que aquí vemos. Pues todos están revestidos de distinta figura y ropaje...
túnica blanca... se apareció tras su muerte”.
COMPLEMENTOS: EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN OTROS CAPÍTULOS DE “LAS VIDAS...”.
LOS ACOMPAÑANTES DE LAS ALMAS.
el monje de Cauliana: “Sabed que todos mis pecados me han sido perdonados. Mirad: ahí fuera me aguardan los santos apóstoles Pedro y Pablo, y el bienaventurado Lorenzo, archidiácono y mártir, con una innumerable legión de elegidos, con los que he de volar hasta el Señor[3]”.
San Fidel: “Y poco después, el santo obispo, precedido de legiones de santos y esperado por los coros angélicos, emigró triunfante el reino de los cielos; y unido a los ejércitos
celestiales, mereció por permisión de Jesús, el Señor, ser recibido para siempre con perpetuo gozo en las sidéreas mansiones [4].
también una curiosa descripción del INFIERNO:
“... Leovigildo... tocado del dedo divino con gravísima enfermedad, llegó a término de su nefasta existencia ganándose perpetua muerte; su alma, liberada del cuerpo a desgarrones, condenada a eternas penas, hundida en el perenne infierno, fue encadenada al tártaro, no sin razón, para que fuera pasto de peces de siempre hirvientes aguas[5]”.
“A la vez hicieron inmenso estrago dando muerte a gran número de clérigos, religiosos y católicos de todas las clases, cuyas almas puras como el oro acrisolado y más brillantes que cualquiera piedra preciosa, recibió nuestro salvador y señor Jesucristo y encumbró en el sagrado cielo junto a los coros de los mártires [6]” .
tal es, pues, el cáliz de salvación, y el que lo ha tomado invocará el nombre del Señor: “Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvado”(Jn 3,5; Hch. 2,21 ;Rm.10,13)[7]”.
Un paraíso celestial humano pero no “grosero” [8], aparece descrito en suelo europeo ya en época visigoda, por manos anónimas en la ciudad de Mérida.
Una de las características del “cielo emeritense” es la de ser un cielo que permite determinados goces sensuales[9]” sin llegar a lo que se ha denominado el “cielo grosero” de otras religiones.
El “cielo hispanomusulmán”, considerado antropocéntrico, también en este aspecto se corresponde con el “cielo emeritense”.
La descripción del “cielo emeritense”, es decir su interpretación, se encuentra en el visigodo “Libro de las Vidas y Milagros de los Obispos Santos de Mérida”.
En ella observamos la primera descripción del Cielo antropocéntrico o hispanomusulmán en su primer capítulo, el de “
en ella
Estos, por ejemplo, en las Actas de Santa Perpetua son perfumes, Martigny
El modelo del “cielo emeritense” es, sin duda, el gran y suntuoso complejo martirio-episcopal de Santa Eulalia. Las gradas de este cielo nos llevan a interpretarlo como un correlato del ábside basilical dotado de cátedra
Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? Les respondió Jesús: “no necesitan médico los que están sanos, sino los que están malAquí la escalera ya no es imagen de perfección sino el fin para alcanzar el cielo.
Un paraíso celestial humano pero no “grosero” [12], aparece descrito en suelo europeo ya en época visigoda, por manos anónimas en la ciudad de Mérida.
Una de las características del “cielo emeritense” es la de ser un cielo que permite determinados goces sensuales[13]” sin llegar a lo que se ha denominado el “cielo grosero” de otras religiones.
El “cielo hispanomusulmán”, considerado antropocéntrico, también en este aspecto se corresponde con el “cielo emeritense”.
La descripción del “cielo emeritense”, es decir su interpretación, se encuentra en el visigodo “Libro de las Vidas y Milagros de los Obispos Santos de Mérida”.
En ella observamos la primera descripción del Cielo antropocéntrico o hispanomusulmán en su primer capítulo, el de “
en ella
Estos, por ejemplo, en las Actas de Santa Perpetua son perfumes, Martigny
El modelo del “cielo emeritense” es, sin duda, el gran y suntuoso complejo martirio-episcopal de Santa Eulalia. Las gradas de este cielo nos llevan a interpretarlo como un correlato del ábside basilical dotado de cátedra
Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? Les respondió Jesús: “no necesitan médico los que están sanos, sino los que están malAquí la escalera ya no es imagen de perfección sino el fin para alcanzar el cielo.
cuya primera “edición” corresponde al año 635 y su segunda a los añosentre el 672 y el 681, según Antonio Maya[16].
[1] p.246.
[2] Fue el Apocalipsis el primer libro que “abrió” los cielos a los seres humanos.
[3] pp.90 y 91.
[4] p.100
[5] p.112
[6] p.117.
[7] p.95, ver Hamman.
[8] “locus amoenus”
[9] En palabras de McDannell y Lang: “ Para el cristiano, por el contrario, la vida eterna será diferente. El sabio cristiano describe un cielo absolutamente teocéntrico en el que ni se comerá, ni se beberá ni se mantendrán relaciones sexuales. La recompensa por las penalidades e injusticias sufridas en esta vida no será el disfrute sexual, sino el poder ver y escuchar a
[10] pp. 28 y 30, Julio Cortés, ver Mahoma.
[11] pp.249 y ss.
[12] “locus amoenus”
[13] En palabras de McDannell y Lang: “ Para el cristiano, por el contrario, la vida eterna será diferente. El sabio cristiano describe un cielo absolutamente teocéntrico en el que ni se comerá, ni se beberá ni se mantendrán relaciones sexuales. La recompensa por las penalidades e injusticias sufridas en esta vida no será el disfrute sexual, sino el poder ver y escuchar a
[14] pp. 28 y 30, Julio Cortés, ver Mahoma.
[15] pp.249 y ss.
[16] p.30 Camacho Macías
[17] McDannell y Lang , pp. 86 y ss..