Habían pasado por Mérida, por Calamonte y Torremejías, por Almendralejo, por Villafranca de los Barros.
No, a Villafranca aún no habían llegado, pero a las 23,50 ya estaban cerca de la estación (término, terminal).
¿Es cierto que el factor, ¿que era ciertamente hijo de un militar de alta graduación?, estaba haciendo caso omiso al insistente sonido del teléfono que le hacía llamada desesperada desde los Santos de Maimona?
En este momento ya se sabía en Villafranca: un tren. un mixto, iba a chocar contra unos vagones "locos" cargados de mineral.
Y a él le quedaban cuatro minutos de vida y a mí pocos horas para saber que existía la vida pero... por su muerte inminente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario