Primero fuiste un soneto pero luego todo quedó en pocos y en pequeños versos, como si hubiese que guardarte prieta en un rincón pequeño.
- Y al otro lado la esquina en la que alguien apoya el pie mientras fuma un pitillo y observa quién pasa-.
Primero fuiste soneto; ahora la palabra que ya no cabe ni en un sólo verso; ni de pie ni extendida ni flexionada ni acurrucada ni atravesada.
[Si te dijese la verdad temo que morirías ahogada no por la sangre de mi corazón roto si no por las lágrimas de mi alma...]
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