No existe obra antigua cuyo contenido en acciones y personajes haya sido comprobado tan fielmente por la Arqueología como EL LIBRO DE LAS VIDAS DE LOS OBISPOS SANTOS EMERITENSES.
La Arqueología ha comprobado la existencia a través de lápidas de la existencia de personajes como Eleuterio; también de los obispos “inventados”: Paulo y Fidel.
Claro es que Mérida pretendía recuperar el protagonismo religioso perdido a favor de Toledo.
Pero fue Toledo la que creó de la nada a su propia mártir a imagen y semejanza virtual y harto vergonzante de la Mártir real emeritense -y como no tenía misa de dies natalis se la hicieron a costa y resumen de la de Santa Eulalia y su festividad la pasaron del día 11 al 9 ya que la de santa Eulalia era el día 10-; y fue Toledo la que asumió como natural a un mártir de cuna y vida oriental, San Tirso -curiosamente la Pasión de Santa Eulalia la hace discípula suya-.
Artículos como el de Sabine Panzram vuelven a poner en evidencia lo fácil que es manipular y falsificar la Historia y ¿tan sólo por voluntario desconocimiento?
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