podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, enero 05, 2008

FEDERICO GARCÍA LORCA O EL POETA QUE TRAVÉS DE TOTANA CREÓ UNA MÁRTIR HIPERREALISTA Y PLENAMENTE MÍSTICA.

tercera parte del artículo TOTANA O EL ÚLTIMO ESLABÓN DE LA TRILOGÍA MÁS BELLA QUE SE LE HAYA DEDICADO A UN SER HUMANO publicado en CUADERNOS DE LA SANTA, nº 8, Fundación de la Santa.Totana, 2007.

Otros autores en lengua castellana habían utilizado el nombre castellano de Olalla antes que Federico García Lorca hiciese uso de él; fue el caso de Gonzalo de Berceo quien en su Poema de Santa Oria la denomina Olalia de Melérida y también Eolalia;[1] el texto, última obra del primer literato castellano, nos ofrece dos joyas filológicas: el nombre de Santa Eulalia en dos momentos de sus evoluciones medievales -Eolalia es la forma más antigua y Olalia aún siendo la más moderna es la definitiva pues esta Olalia escrita se pronunciaba “Olalla”.[2]
Pero en este poema berciano Santa Eulalia, aunque posee un gran valor literario -sirve para demostrar que la Beatriz de la Divina Comedia es ella misma-,
[3] no es la protagonista sino la secundaria principal.
También Miguel de Cervantes utilizó el nombre de Olalla en su obra cumbre, el Quijote;
[4] pero como quiera que el “príncipe de las letras hispanas” careciese de toda mena y consistencia poética y, acaso, porque estuviese “manchado” por mujeres que no eran manchegas[5] le dedicó un peor poema no a ella sino a una pastora homónima certificando literariamente, eso sí, la escritura y la definitiva pronunciación castellana de Olalla.
Pero la literatura española le debía a la Reina de la Literatura Europea un Poema digno de su alta personalidad y belleza literarias iniciada por Prudencio y continuada por el anónimo autor de la Cantilène.
Entonces Federico García Lorca, en el colofón de un momento de ahondado y vívido misticismo,
[6] recuerda la fe de su madre y de sus antepasados y crea un poema a la altura estética de los dos anteriores para cerrar una Trilogía, la más hermosa y bella que se le haya dedicado a personaje humano alguno.
Algunos autores, acaso por el título de la obra madre,
[7] ven en esta Eulalia un trasunto de la mujer gitana: Francisco Umbral, una bufanda blanca y su seriedad hasta de cuello y garganta, es ejemplo conveniente;[8] pero no, y lo digo además con los sentimientos del mismo Federico;[9] su Olalla es otra nueva Eulalia nueva, supranueva, pero en sí misma y sin más relaciones humanas que Totana y Federico; si la Eulalia de Prudencio es la nueva mujer judeocristiana, en el ejercicio de la libertad, para los nuevos tiempos del siglo IV, si la Eulalie de la Cantiléne es la nueva mujer europea con capacidad de resolución, entonces la Olalla de Federico es una nueva mujer en la cúspide circular, pero unidimensional…, abstracción y perfección, inmutabilidad o eternidad, la Amada en el Amado transformada de San Juan de la Cruz; Olalla según Federico continúa siendo santa y habitante del cielo en el que le cantan a lo trinitario ángeles y serafines; además no sólo la Naturaleza embellece su cuerpo y afea a la caterva de los malos y de los peores; ella misma embellece el paisaje, un nuevo paisaje a lo bosco o a lo daliniano, a lo paradisíaco con hermosos injertos e hibridaciones imposibles; pero si Prudencio la esculpe y la sella en sus tres dimensiones como Cristofigurada Federico la muestra plenamente Cristofigurada,[10] es decir unidimensionada a lo místico místico místico sin mixtificaciones: bajo el mismo arcoiris del trono celestial la Amada se ha transformado en el Amado y vive hospedada, “custodiada” , en su Cuerpo y en su Sangre redentores: “ blanca en lo blanco”.
En realidad prístina “El Martirio de Santa Olalla” es un cuadro transposición por transferencia materna del ciclo pictórico barroco de la Ermita eulaliense totanera;
[11] pero es un cuadro, pese a estar escrito, especial y singularmente extraordinario y bello en sus luces claras y en sus sombras de carboncillo, en sus blancos coloridos brillantes y en sus pechos rojirosas carbonizados, en sus cabellos enverdecidos y en su sangre versienamorada; “El Martirio de Santa Olalla” garcilorquiano es, en definitiva, por los trazos de la pluma de su autor un bellísimo cuadro hiperrealista en el que lo más antiguo se une a lo más moderno y todo futuro, lo eterno, la eternidad.
Salvador Dalí, conocedor práctico de la filosofía pictórica suprarrealista así debió de entenderlo; sus palabras críticas pero benévolas en exceso sobre el “romance histórico” lo dicen y aseguran y determinan:
“Querido Federico: He leído con calma tu libro del que no puedo estarme de comentar algunas cosas[…]
I. Me parece lo mejor del libro lo ultimo, Martirio de santa Olalla”.
[12]

En la ciudad de Mérida, a 6 de octubre de 2007.
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[1] DE BERCEO, Gonzalo, El Poema de santa Oria, versión de Isabel Uría Maqua, C.S.I.C. y Dip. Prov. de Logroño, Logroño 1976, p. 346,
27. Vido tres sanctas virgines de grant auctoridat,Todas tres fueron martires en poquiella edat,Agata en Catanna essa rica çiudat,Olalia en Melerida ninna de grant beldat.
32. Fablaronli las virgines de fermosa manera,Agatha e Eolalia, Çeçilia la terçera:
38.Oiendo este conseio que Olalia li daba,
[2] MORALA RODRÍGUEZ y LE MEN LOYER, Jeannick, Un inventario medieval del Monasterio de Carrizo (León)", Scripta Philologica in memoriam Manuel Taboada Cid, Servicio de Publicaciones Universidade da Coruña, A Coruña, 1996, T. II, 553-568. p. 555.
[3] MATEOS MARTÍN DE RODRIGO, Antonio, Santa Eulalia de Mérida, la grandeza de lo pequeño, Artes Gráficas Rejas, Badajoz, 2004, pp. 229 y ss.
[4] DE CERVANTES, Miguel, Don Quijote de la Mancha, Antalbe, Barcelona, 1978, cap. XI, p.82.
[5] Mi abuela materna decía Aunque soy de la Mancha no mancho a nadie; pues quien pudiera tener un poquito de mi sangre.
[6] GIBSON, Ian, GARCÍA LORCA, BIOGRAFÍA ESENCIAL, Península, Barcelona, 1998, p.53.
[7] Romancero Gitano.
[8] UMBRAL, Francisco, Lorca, poeta maldito, Planeta, Barcelona, 1998, p.143: “En “tres romances históricos” se nos ofrece, en primer lugar el “Martirio de santa Olalla”.¿Por qué este episodio romano de Mérida dentro del Romancero gitano ¿Lorca explicaría a alguno de sus amigos que le iba bien, de algún modo, dentro del libro, la incrustación de este tipo de recreaciones históricas, y lo cierto es que encontramos varias hacia el final del Romancero. Por lo que se refiere concretamente a “Martirio de santa Olalla”, la identificación, para nosotros, está clara. Los guardias civiles se han trocado en soldados romanos y cualquier virgen gitana en la niña Flora. Lorca está siempre del lado de las víctimas,, frente al orden omnipotente. No es en escenografía, por supuesto, sino en espíritu, donde este romance se identifica con los romances gitanos. Una prueba más, en fin, de cuál era la actitud humana de Lorca al escribir su Romancero . Actitud de rebeldía frente a lo que hemos llamado el orden omnipotente, bien se trate de centuriones romanos, de guardias civiles o de banqueros de Wal Street. Una propensión a cantar a las víctimas de ese orden en todas las épocas, en todos ,los lugares, en todos los sistemas”.
[9] GIBSON, Ian, obra citada, p.50.
[10] Que el mártir es uno con Cristo se deduce de Romanos, 8, 29: “Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera Él primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, aésos también los justificó; a los que justificó, a esos también los glorificó”.
[11] ver CÁNOVAS MULERO, Juan en Eulalia de Mérida y su proyección en la Historia, Museo Nacional de Arte Romano, Madrid, 2004, pp. 1884 a 187 y AGÜERA ROS, José Carlos, “ “Loor a Santa Eulalia”: El conjunto monumental y artístico de su santuario en Totana”, en Eulalia de Mérida: mil setecientos años, Ayuntamiento de Sotana, Fundación La Santa, pp. 71 a
[12] GIBSON, Ian, Vida, pasión y muerte. Federico García Lorca, 1898-1936. Plaza & Janés, Barcelona 1998, p. 263.