Si transformamos los números 60 y 100 en un segmento resulta:
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A 60 B 100 C
es decir: AC/BC= BC/AB= 160/100= 100/60= 1´6 ≈ 1’666.≈ o bien 1≈ 1[1]”.
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A 60 B 100 C
es decir: AC/BC= BC/AB= 160/100= 100/60= 1´6 ≈ 1’666.≈ o bien 1≈ 1[1]”.
La división áurea de un segmento o división en media y extrema razón supone que “el total es al mayor como el mayor al menor[2]” de los segmentos.
En esta proporción[3], que es la descrita por el Apocalipsis de San Juan a través del Número del Hombre o de la Bestia, podemos describir dos elementos contrapuestos que producen armonía: de una parte 1´6[4] que representa lo limitado y 1´666[5] que representa lo ilimitado[6].
En palabras de Fatás y Borrás se da, pues, una sensible aproximación a la “divina proporción o regla de oro[7]” renacentista entre los números eulalienses 60 y 100, ya que “casi” puede realizarse la división exacta[8] del segmento a que da lugar en razones extremas y medias[9].
Según Claudi Alsina y Enric Trillas en Arquitectura no siempre se da una sujeción exacta al Número de Oro; así señalan la altura de la Pirámide Keops[10]; idéntica es la opinión de Claudio Favier Orendain[11]. En realidad, como pone de manifiesto Warusfel, “la relación de un número con respecto al precedente[sólo] tiende a un valor límite...[12]”.
Como quiera que según la interpretación cristiana, expuesta por José Ferrater Mora, la Naturaleza es parte del Hombre[13] la auténtica “divina proporción” paradisíaca no la establece el “número de oro”o Φ= 1´61803399.
Como quiera que según la interpretación cristiana, expuesta por José Ferrater Mora, la Naturaleza es parte del Hombre[13] la auténtica “divina proporción” paradisíaca no la establece el “número de oro”o Φ= 1´61803399.
La Divina Proporción Paradisíaca tanto de la Naturaleza como del Hombre, de quien esta es siempre reflejo, es ευ ( léase eu) = 1´6, es decir el “número de Santa Eulalia de Mérida” según su “Pasión”.