te veía como un árbol grande, enorme, sobrehumano; y te puse nombre pero lo oculté en el interior de una piedra y la puse a rodar...
[Me han dicho que ese árbol grande, enorme, sobrehumano es el mismo de cierta leyenda perdida en tí y que de sus ramas, cuando caen las hojas, penden miríadas de universos].
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