EL 12 DE FEBRERO SE CELEBRÓ LA
FIESTA DE SANTA EULALIA TAMBIÉN SEGÚN EL
PRIMER MARTIROLOGIO OFICIAL DE LA IGLESIA: EL JEROMINIANO EN SU VERSIÓN
ECHTERNACH.
Antonio Mateos Martín de Rodrigo.
Antonio Mateos Martín de Rodrigo.
Los investigadores de los calendarios cristianos y sus martirologios
recogen que Santa Eulalia de Mérida también era celebrada el 12 de febrero.
Estos investigadores, entre otros, son Henri Moretus[1],
Henri Leclercq[2], Henri Quentin[3],
Carmen García Rodríguez[4] y
Alejandro Recio Veganzones[5].
Por ellos sabemos que uno de los primeros martirologios de la Iglesia,
el denominado “Jeromininiano” en su versión más antigua, la de Echternach[6],
recoge la fiesta de Santa Eulalia no sólo el día 10 de diciembre; también los
días 11 y 12 de diciembre; además los días 10 de marzo y, especialmente, el 12
de febrero
En el primer
Martirologio y en su copia más antigua Santa Eulalia, sin ubicación en
Barcelona o en Mérida, aparece citada entre los mártires celebrados el 12 de
febrero.
En palabras de Carmen García Rodríguez hay pues “una Santa Eulalia el
12 de febrero que, más que indicación de la fiesta de una santa barcelonesa...
sería una errónea repetición de la segunda mención de la de Mérida el 12 de
diciembre[9]”.
Las interpretaciones “lógicas” de
los investigadores citados, como las de Carmen García, no aciertan con
la explicación más sencilla de tanta repetición; todos las consideran problemas
de redacción por parte de los compiladores; no obstante, estas repeticiones
tienen su propia regla de estructuración y recogen varios tanteos antes de
fijar la fecha definitiva en el 10 de diciembre.
LA CREACIÓN DE LA CUARESMA, CAUSA
DE LA TRASLACIÓN DE LA FECHA DE
CONMEMORACIÓN DEL MARTIRIO DE SANTA EULALIA AL 10 DE DICIEMBRE A PARTIR DE
MEDIADOS DEL SIGLO V.
Decía el
Arcipreste de Hita, no sin poca perspicacia ni mucho buen humor, que en sus
días del siglo XIV “la quaresma puso por todo el mundo miedo e grand espanto[10]”. En
el caso que nos ocupa, recuperando la seriedad requerida, la Cuaresma debió de
producir a mediados del siglo V la mayor de las desazones, especialmente entre
los devotos eulalienses radicados en Augusta Emerita y en Lusitania: la
creación de la Cuaresma por la Iglesia Latina suponía el cambio no menos
traumático de la fecha real de su martirio; y éste, atestiguado por una
tradición que había alcanzado su primer centenario y era celebrado en Augusta
Emerita con gran solemnidad, congregaba a numerosos peregrinos.
A finales de diciembre de 2003, otro investigador francés, el siempre
preclaro abate Martigny volvía a ofrecernos la oportuna primera explicación:
“ ...en todas
las iglesias tanto orientales como occidentales, adoptaron la costumbre de no
celebrar fiestas de santos los días de ayuno. Por esta razón -concluía- los
Padres de Laodicea dispusieron (Canon. XXXI) que no convenía “solemnizar los
natalicios de los mártires en Cuaresma, debiendo hacerse las conmemoraciones de
los santos mártires los sábados y los domingos[11]”.
La celebración de Santa Eulalia el día 12 de febrero tenía, pues, el
inconveniente laodiceano, pero al no ser éste concilio universal sino sólo
sínodo de Siria no afectó en un principio a Augusta Emerita.
Por esta razón los emeritenses en época de Clemente Aurelio Prudencio
conmemoraban, como él mismo indica[12], el
“dies natalis” coincidiendo con la fecha real en que Santa Eulalia fue
martirizada el 12 de febrero.
La situación cambió a mediados del siglo V; el 12 de febrero caía en el nuevo período creado
por la Iglesia Latina a principios del mismo siglo para la preparación de la
“Semana Santa”: el de la Cuaresma; era éste un rito extremado respecto de lo
dispuesto por el Sínodo de Laodicea: no admitía la traslación de las
festividades martiriales a los sábados y los domingos.
Las diversas dataciones de los “dies natalis” observados por los
investigadores de este martirologio sólo obedecen a los diverso intentos de
acomodar las nuevas fechas de los “dies natalis” a los mejores momentos del año o del mes o,
incluso, de la semana hasta, en el caso de santa Eulalia, fijar como no movible
el día 10 de diciembre .
La compilación del Calendario Jerominiano, según Carmen García
Rodríguez que se basa en Duchesne, “ se hizo a mediados del siglo V en la Alta
Italia (Milán-Aquilea)[13]” es
decir en la misma época en que comenzó a imponerse la Cuaresma.
Éste, al recoger celebraciones repetidas de “dies natalis” durante el
período cuaresmal y fuera de él evidencia ser contemporáneo de la implantación
de la Cuaresma como tiempo impropio para las celebraciones martiriales.
De cualquier manera Mario Righetti y Cornelio Urtasun Irisarri,
expertos en liturgia, nos sitúan ante la Cuaresma como la explicación
suficiente y definitiva del definitivo cambio de fechas en la conmemoración del
martirio de Santa Eulalia de Mérida.
A partir del siglo IV la Iglesia latina comenzó a implantar, a
imitación de los ritos purificadores judíos sancionados por Jesucristo (Mateo,
4), un período denominado Cuaresma -por los cuarenta días de su duración-.
Pero la implantación de la Cuaresma según la normativa de la Iglesia
Latina llevó consigo la radical traslación de las festividades de los mártires
fuera de este período según Righetti y Urtasun a mediados del siglo V; ellos se basan en el “calendario romano”[14].
Las alteraciones de fechas no sólo afectaron a las conmemoraciones de
los mártires; posteriormente también le afectó a una conmemoración tan
significativa como la de la Anunciación: “en el año 656 el II Concilio de Toledo -escriben
Righetti y Urtasun- rechazó la celebración de la Anunciación (25 de Marzo)
porque habría caído siempre en Cuaresma y la situó también en este período del
Adviento[15]”.
Ante tamaña
revolución la Iglesia le concedió a Santa Eulalia una fecha de suma
preeminencia.
La dedicación del mes de diciembre y de su décimo día para su nuevo
“dies natalis” también tenía una primera y muy significativa lectura que nos da
la verdadera medida de la magnificencia de Santa Eulalia en aquella época:
ella, como ser humano, comenzó a inaugurar, generalmente, el Año Eclesiástico o
Litúrgico de la Iglesia.
En efecto el Adviento comienza el domingo más cercano al 30 de
noviembre (día de San Andrés, Apóstol) y puede situarse entre el 27 de
noviembre y el tres de diciembre (posiblemente el año del cambio fue aquel en
que el día 3 de diciembre fue domingo)[16].
Todo lo cual nos lleva a reafirmar la idea extendida entre los
expertos de que los barceloneses sólo barcelonizaron a una Eulalia emeritense a
la que rendían culto en su ciudad como en todo el Occidente Europeo y el Norte
de África a través de alguna reliquia...
[1] “ N´est pas indiqué dans l´Historia
plurimorum sanctorum que la fète de´Eulalie de Mérida est celebrè tantôt en
fèvrier, tantôt en décembre.” y en nota a pie de página escribe: “On y lit,
après le resume de la Pasión M, qu´Eulalie de Mérida fut martyrisée d´après les
uns le 12 fèvrier, les , d´après d´autres au 10 décembre: Passa vero legitur
pridie ydus februari tempore Maximiani imperatoris, in Emerita urbe Hispaniae,
ubi corpus eius requiescit. Alibi habetur quarto ydus decembris. Historie plurimorum sanctorum
noviter et laboriose ex diversis libris in unum collecte(Coloniae, 1483, fol
249).p.107.
[2] col. 723, Tomo V, 1ª parte.
[3] Para Quentin el 12 de
febrero sólo lo indicaría para Santa Eulalia de Barcelona el Martirologio de
Lion “ a través de de una simple mención”..p.164. Más información sobre las
investigaciones de Quentin en Leclercq columna 723, Tomo V, 1ª parte.
[4] “El Martirologio
Hierominiano da interesantes indicaciones. Además de una mención del 30 de
marzo de origen desconocido para Delahaye, el nombre de santa Eulalia aparece
el 10, 11, 12 de diciembre y 12 de febrero. De todas estas menciones se ve que
la original es la del 10 de diciembre atestiguada por todas las demás fuentes:
allí está la indicación topográfica completa: “ in spanis civitati almeri(sic)
sanctae Eulaliae virginis et martiris”..
p.294.
[5] “el de nuestra santa se repite tres
veces:10,11 y 12 de diciembre-; o lo que es peor, duplicando, como en nuestro
caso, el 12 de febrero, pero con un tinte histórico local en Barcelona, p el 30
de marzo, elencando una “Eulaliae virginis”, como se verá”.p.87, 1993.
[6] Leclercq, col. 723, Tomo
V, 1ª parte.
[7] p.108.
[8] Colmna 723.Tomo V, 1º
parte.
[9] p.84.
[10] 1067 .DE LA PELEA QUE OVO
DON CARNAL CON LA QUARESMA.p.176.
[11] pp. 78 y 79.
[12] ver Mateos Martín de
Rodrigo, Antonio el artículo “LOCALIZACIÓN DE LA VILLA PRONTIANO, BASE PARA LA
REVISIÓN DE LA FECHA DEL MARTIRIO DE SANTA EULALIA Y DEL ORIGEN EMERITENSE DE
LA EULALIA BARCELONESA”.
[13] p.81.
[14] “ El recogimiento
recomendado por la Iglesia a los fieles como condición para alcanzar, a través
de los ejercicios de penitencia, una eficaz renovación de la vida, llevaba
naturalmente a excluir cualquier fiesta, en cuanto ponía una nota de alegría,
incompatible con la austeridad del tiempo. He aquí por qué ya desde el
principio (de la implantación de la Cuaresma) cualquier fiesta de los santos
fué en principio descartada del período cuaresmal. El calendario romano en el
siglo V, en el período que va del 4 de febrero al 25 de abril, límites extremos
de la Cuaresma, contaba cuatro fiestas de santos, y dos solamente después de la
reforma gregoriana, Santa Águeda y San Valentín”.
[15] p.762.
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