podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, septiembre 11, 2010

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS DE MÉRIDA: CIEN AÑOS DESPUÉS.

Yo no tenía prisa en llegar, que el aforo milenario(s) del Teatro Romano no iba, creía, a llenarse; pero contra cualquier previsión mía hubo lleno hasta la cavea inma, que ya es sobredecir.
Debería hacer una crónica del singular evento -en el que sobró alguna carta ¿verdad, amigo Pepe?-, pero debo apresurarme; además de mi directa felicitación a Chema, a Agustín, a José Luís y a Trini, arqueólogos en mi corazón, a los intervinientes y a los músicos: Black Bird nos ofreció una verbena intelectual, quizás, en desagravio del manifestado escaso interés popular de 1910 -pero más pernicioso el de los ricos emeritenses de entonces que eran aún más incultos que el pueblo aculturizado-.
En realidad este evento, que terminó en velada musical y nosotros bailando en las gradas, significa que los emeritenses de cien años después también hemos evolucionado tal como han evolucionado las piedras redivivas; sin ellas no seríamos nada pero sin nosotros, cien años después, todos, piedras, arqueólogos y pueblo, somos UNO, el futuro singular de Mérida.

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