podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

jueves, septiembre 24, 2015

BARCELONA COMO CAPITAL DEL PROYECTO DE UNA NUEVA HISPANIA A TRAVÉS DE LA FIGURA DE SANTA EULALIA DE MÉRIDAPOR IMITACIÓN DEL LEVANTAMIENTO DE DON PELAYO EN ASTURIAS.


Hacia el año 635 Quirico, abad de un monasterio cercano a Barcelona, para impulsar el culto de la santa y siguiendo las resoluciones del IV Concilio de Toledo (633), edificó un monasterio, donde posteriormente se conservaron sus reliquias; recopiló los sucesos de su martirio y posiblemente compuso el himno litúrgico Fulget hic honor y los textos de una misa propia [1].

Javier Arbués Villa.


[2]

Cataluña para proclamar su independencia frente al Imperio Carolingio hubo de recurrir a la figura de Santa Eulalia de Mérida que en Asturias ya había dado muestras de su poder restaurador.

           
Sobre la figura de Santa Eulalia de Mérida se han escrito numerosos textos; en casi todos, sin embargo, aparece referida junto a otra homónima de Barcelona.
Alejandro Recio Veganzones recoge pruebas de su inexistencia, fruto de un desdoblamiento o reduplicación interesada de la mártir emeritense[3].
No obstante, la motivación subyacente del desdoblamiento de la figura de Santa Eulalia de Barcelona, fundamentalmente, obedecía a razones de índole política.
Y así Alfonso II el Casto había interpretado, nos dicen Ana Gutiérrez y Eva Ouil, que las reliquias conferían carácter divino a su poder[4].
José Luis de la Barrera Antón, tras evaluar los sucesos próximos a la fecha del descubrimiento de los restos de Santa Eulalia de Barcelona, interpreta, según nos comunicó personalmente, la existencia de un trasfondo político en la “invención” del descubrimiento de la tumba de Santa Eulalia de Barcelona; en efecto, poco antes, en el año 877, Wifredo comenzó a actuar de forma casi independiente respecto del Reino Carolingio[5].
A su vez Paul Lefrancq describe cierta similitud en la “invención” o descubrimiento de la tumba de la Santa Eulalia barcelonesa con el descubrimiento[6] de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela[7].
De aquí que los comienzos de la Reconquista catalana sean presentados “ex nihilo” y qué mejor prueba que el olvido total de la tumba de su santa Eulalia barcelonesa, como el olvido de todas las contribuciones foráneas según dedujo José Antonio Maraval[8].
Coincidiendo con José Luis de la Barrera explica Lefrancq el trasfondo político; como sucedió en los casos de Leovigildo y Pelayo, sólo las reliquias de Santa Eulalia podían ser estandartes o banderas de nuevos Estados; y a tal aspiraba entonces la Marca Catalana[9].
En realidad este hecho sucede en el peor de los momentos para el reino franco que, a principios del siglo IX, le había arrebatado a los musulmanes el control de Cataluña; en palabras de W.E.D. Allen la debilidad de la monarquía franca tras Fontenay (año 841)... que, según el mismo autor coincide con un momento propicio ya que “había muchos indicios de una reactivación política y religiosa entre los pueblos de la península, todavía cristianos y levantamientos... frecuentes y significativos, como por ejemplo ocurrió en Mérida (828-38) y en Toledo (831)[10]”.
Carmelo Viñas y Mey presenta el fenómeno del desdoblamiento de santos, en concreto el de Santa Eulalia de Barcelona respecto de la emeritense, como un fenómeno que acompaña la progresión territorial de la reconquista[11].
Y la aparición en la escena bélica de Santiago, el de Compostela, según interpreta Viñas, también fue un desdoblamiento de Santa Eulalia aunque Viñas sólo lo indique[12].
Para nosotros, sin embargo, es consecuencia de la continuidad visigoda que se le da a la monarquía asturiana a partir del siglo IX. Santiago sustituye a Santa Eulalia de Mérida simplemente porque la mártir toledana, Santa Leocadia, nunca fue considerada patrona militar.
Los desdoblamientos de santos tenían sus orígenes en suplantaciones comenzadas en la Italia del siglo VI; Jean-Charles Picard dice que entonces se recurre a reescribir la historia de las ciudades para adaptar sus inicios cristianos a los de la predicación de los Apóstoles[13]”.
También José Antonio Maraval llegó a descifrar la causa más íntima de los desdoblamientos de Santa Eulalia; en especial el barcelonés: el levantamiento de Pelayo fue el ejemplo, el modelo, el paradigma de los levantamientos cristianos posteriores contra los musulmanes[14].
Y en aquel levantamiento primero se encontraba... Santa Eulalia de Mérida.


 Pelayo es coronado rey; para él fue fundamental la ayuda de Santa Eulalia; leyendo a Luis de Hoyos Sáinz y a Eduardo Hernández-Pacheco esta “ayuda” era algo más que lógica... desde la protohistoria y, por causas naturales, Extremadura y los extremeños vertebran  España.

 Señora nacida de Ningal jubilosamente para la alegría,
como a un dragón se te ha dado  (fuerza de) aniquilamiento,
Inanna, nacida de Ningal jubilosamente para la alegría,
como a un dragón se te ha dado (fuerza ) de aniquilamiento[16]”.
...
Señora, frente a la que nadie se mantiene firme en
la lucha, gran hija de Zu-en, que se levanta
en el cielo, que irradia pavoroso prestigio,
a ti te aclama él, que está allí inasequible en su fuerza
 masculina, en la lucha como en una fiesta,
destruye para ti con fuerza pavorosa las casas en el pais enemigo...
Inannna, frente a la que nadie se mantiene firme en
la lucha, gran de Zu-en, que se levanta
en el cielo, que irradia pavoroso prestigio...[17].
Himno  sumerio a Inanna.


 [18]Según Joseph de Sagarra y de Baldrich la Monarquía española tuvo sus orígenes en Barcelona en la época de Ataulfo.





[1] p.3812.
[2] Jacinto Verdaguer.
[3] “...quiero hacer constar, frente a la opinión de ilustres liturgistas y hagiógrafos catalanes, que hoy la crítica histórica y la hagiografía sólo reconocen la existencia de una sola Santa Eulalia de Mérida, y no admiten el desdoble de la misma mártir emeritense, de la que una reliquia insigne de la misma, en Barcelona, dio origen, a mediados del siglo IX, por un fenómeno devocional, a otra santa del mismo nombre, en la ciudad Condal. No insistiré aquí sobre el particular, por creer superado tal problema devocional -hasta el presente defendido por algunos autores modernos-, pues mis argumentos y los de otros escritores han sido en la actualidad aceptados”. p.81
[4] p.34.
[5] p. 142, ver José Luis Martín.
[6] Pérez de Urbel, aseguraba Sánchez-Albornoz, dice que las reliquias de Santiago habrían sido llevadas a Galicia por los emeritenses: “ Cuando los musulmanes invadieron la Lusitania la clerecía emeritense habría huído a Galicia con tales reliquias y los clérigos de santa María las habrían depositado en una iglesia levantada en Compostela en honor de la madre de Dios.”. p. 269. Pérez de Urbel se basaba en el descubrimiento de la lápida de consagración de una iglesia dedicada a  Santa María.
[7] p.305. “Sin embargo sólo en el año 878 cuando se habla en Barcelona de santa Eulalia en ocasión de la invención de la “tumba” de la Santa. Para demostrar su antigüedad, en el 878, se atribuía a su presunta antigüedad el hecho de que no se supiese cuando había sido construida; su descubrimiento había sido propiciado por la intervención celestial”.
[8] “Por el lado de Cataluña, para romper, en la concepción de su reconquista propiamente tal con la dependencia primera respecto de los francos y hacer que la imagen de su caudillo fundador coincida con el tipo general, se acude a representar el condado dominado totalmente de nuevo por los moros y recobrado por el conde Vifredo, sin ayuda alguna, construcción que se encuentra ya en los Gesta Comitum Barcinonensium y será recogido por la Pinatense”. p.183.
[9] “En el año 801 vuelve la ofensiva de los Francos y la Marca de España, que se encontraba bajo la influencia carolingia, se convierte en una provincia franca tras un siglo de ocupación mora. Los condes que residan en Barcelona de cualquier manera serán vasallos carolíngios. A partir de del año 874, Vilfredo el Velloso proclama una autonomía puede ser que más teórica que real pero aún pro francesa. Y cuatro años más tarde, -finaliza asociando estos hechos- se “descubre” en la capital de Cataluña la “tumba” de Santa Eulalia”. p.306.
[10] p.46.
[11] “El fenómeno religioso-social del desdoblamiento, en virtud del cual santos propios de una localidad o comarca aparecen como originarios y patronos de otra u otras distintas (el caso visigodo de Santa Eulalia de San Cucufate, por ejemplo), se generaliza ahora a múltiples comarcas con un sentido religioso, militar y nacional, al aparecer aquéllos como patronos de las victorias cristianas en su avance en ellas”.
[12]  “El patronalismo general, hispánico de Santiago, es en el fondo la manifestación más ilustre y en su más amplio sentido de este fenómeno de desdoblamiento religioso-nacional”.. p.97.
[13] p.340, 1998,
[14] “Alzamiento... de Pelayo en Asturias, a cuya imagen se van configurando los demás”, ya que “Indudablemente, es en tierra astur-leonesa donde se formula originariamente, de manera también más clara y completa, el ideal de Reconquista. Muy pronto y tal vez con independencia se expresa en Navarra. En Castilla y Cataluña su presencia, más tardía, tiene un carácter secundario o derivado”. pp.184 y 185.
[15] Jacinto Versaguer.
[16] p. 31, himno 9, ver Federico Lara Peinado, 1988.
[17] pp. 32 y 33, ver Federico Lara Peinado, 1988.
[18] p. 272. ver 
Texto tomado de mi libro Santa Eulalia de Mérida, la Grandeza de lo pequeño, Artes Gráficas Rejas, Badajoz 2004.

martes, septiembre 01, 2015

LA CALLE SANTA EULALIA DE MÉRIDA. NOTAS PARA SU HISTORIA. Antonio Mateos Martín de Rodrigo..


La calle Santa Eulalia se encuentra situada, según los resultados de las excavaciones de José Mª Álvarez Martínez, a las espaldas del templo dedicado al culto imperial y, denominado “de Diana”; consecuentemente a las espaldas del Foro Municipal, que era la Plaza Mayor del entonces período romano.

No obstante, se dice, desde escritos inmemoriales, que ya era la calle principal en la época romano-idolátrica.

En esta ocasión voy a centrarme desde su constitución como tal vía eulaliense.

Evidentemente la denominación “Calle de Santa Eulalia” es tan relativamente antigua como moderna sin que pueda situarse en el tiempo cuándo comenzó a denominarse así; ahora bien, fehacientemente aparece a finales del siglo XV en un documento santiaguista redactado por los Visitadores-Reformadores de la Orden de la Caballería de Santiago de la Espada el 7 de noviembre de 1498: “De la Iglesia nos fuimos aver el estado en que se encontraba donde vivía el Vicario. Era una casa perteneciente a la Iglesia Parroquial de Santa Olaya y estaba ubicada en la calle de Santa Olalla”.

Lógicamente, de la época no hay fotos ni ilustraciones; pero, con la imaginación entremos en esta casa que los mismos Visitadores nos describen: “la puerta de ésta es de cantería labrada y en ella una casa delantera como entra por la puerta de la calle está una cámara (habitación) doblada con sus puertas y cerradura y junto a ella una escalera de piedra por donde suben a una cámara en donde hay una ventana que sale sobre la calle y en esta dicha casa delantera está una cocina con puertas y cerradura por donde entran  a un portal donde está una cámara con troxes (graneros) para trigo y cebada con sus puertas y es en este dicho portal  está un pajar con sus puertas y cerraduras  y en dicho portal una puerta por donde salen a unos corrales; en el uno de los corrales un pozo con unos pilares de piedra de una pieza y en el corral delantero un establo con dos apartados pequeños; es toda esta dicha casa de madera tosca tejada con teja en la cual dicha casa mora el vicario que a la sazón es de Mérida”.

Como nota final los Visitadores-Reformadores le mandaban al Vicario, párroco de Santa Eulalia, que “alce las paredes caídas de los corrales”.

De cualquier manera la calle tomaría el nombre de la Mártir y con su nombre español “ de Santa Olalla” tras la Reconquista y, sólo a partir de 1234, que es cuando los Caballeros de la Orden de Santiago de la Espada restablecen el culto a la Mártir. Advierto que fue la Orden de la Caballería de Santiago de la Espada quien reintrodujo el culto a la Mártir en Mérida y no el Arzobispado de Santiago de Compostela en cuyos planes religiosos no entraba ningún reconocimiento ni a nuestra patrona ni a su pasado eclesíastico.

No obstante, al avanzar en el tiempo hacia atrás, sí podemos deducir cuándo debió constituirse como tal “la calle Santa Eulalia”, es decir, como “Camino a la Basílica de Santa Eulalia”.

Hay calles cuyos nombres, además de relacionarse con personas, oficios, sucesos o “monumentos”, como es el caso de “Manos Alba”, “Viñeros”, “Baños”, etc. se ralacionan con Caminos; son las famosas “ruas” y “correderas”, como en Llerena, para señalar el antiguo Camino a Sevilla.

Pero en el caso que nos ocupa el Camino es breve y sagrado e injertado en la Historia de las aportaciones de Hispania y Mérida a la Civilización Europea.

Veamos: Como bien asegura Pedro Mateos Cruz el Cristianismo reconfiguró la topografía emeritense en el interior y exterior de la ciudad; su programa religioso y urbanístico era radicalmente diferente al idolátrico; mientras para éste la ciudad era la parte sagrada del “territorium” o término municipal, los cristianos, en determinadas ciudades, consagraron como lugar sagrado zonas del extrarradio en donde sus mártires fueron sepultados; con el tiempo estas basílicas martiriales constituyeron el centro de nuevas “ciudades sagradas” dotadas de la más amplia panoplia de recursos, como fue el caso de Mérida: albergue para peregrinos, escuelas, conventos, cementerio, etc. alrededor de la Basílica de Santa Eulalia.

Estas basílicas martiriales, según la terminología científica actual “basílicas martiriales”, se denominaban eclesiásticamente “martyria” en los principios del siglo IV; en la Iglesia de Occidente todas albergan un túmulus o tumba y todas contenían los sagrados despojos de los mártires: sus huesos.

La exclusividad de las primeras basílicas, erigidas sólo en las escasas ciudades martiriales auténticas, originó el fenómeno de las peregrinaciones; muy importantes fueron a Santa Eulalia de Mérida las procedentes desde el Norte de África, toda Hispania y gran parte del Occidente Europeo.

Para los peregrinos los huesos, independientemente de la cantidad y calidad de su conservación, tenían un gran valor espiritual; creían que Dios se había manifestado en los cuerpos de los mártires durante el martirio y, consecuentemente, continuaba manifestándose; así creían allegarse al propio Dios y contar con la mediación del mártir venerado..

Pero en Mérida, lo testimonia El libro de los obispos santos emeritenses, debía de haber una peregrinación particular, como en Roma y otras ciudades martiriales: eran las idas o “estaciones” a las “tumbas martiriales”; de ellas, respecto a la basílica de Santa Eulalia, no hay constancia personal o particular documentada salvo en el caso de sus obispos que, presintiendo la muerte, se acomodaban en ella para realizar el tránsito.

Pero sí hay constancia de la primera ida oficial o procesión desde la Catedral de “Santa María de Jerusalén”, situada dentro de la ciudad, hasta la Basílica de Santa Eulalia; y es la que, a la postre, va a dar nombre a esta calle; según concreta el Libro de las Vidas de los obispos santos emeritenses:  “Luego se dirigieron en manifestación a la basílica de la gloriosa virgen Eulalia. Llegaron proclamando alabanzas a Dios y, vociferando los gritos de júbilo, irrumpieron en su sacratísimo templo, dieron infinitas gracias a Dios, porque a ruego de su sagrada virgen, había ensalzado a sus siervos y reducido a nada a sus enemigos. ”.

La causa de esta peregrinación documentada, lógicamente a través de la calle de Santa Eulalia por ser la que enfila directamente hasta su Basílica, radica en un singular enfrentamiento teológico entre  el Obispo Sunna, arriano y el Obispo San Masona, católico, impuesto por el rey Leovigildo. Lo que se ventilaba era qué religión era la verdadera, si la arriana o la católica. Y en esta pugna ganó San Masona y tres años depués Recaredo, hijo de Leovigildo, asumió la religión católica que era la de la inmensa mayoría.

Una segunda peregrinación desde la Catedral de Santa María de Jerusalén la documenta esta misma obra de época visigoda, tras la derrota del ejército arriano francés a manos del Duque Claudio y sus trescientos soldados emeritenses.

Y, el motivo, el fin del Arrianismo en el Occidente Europeo tras el hispano, era más que gozoso para aquellas gentes y aún más importantes para la Historia de Europa según entienden algunos historiadores franceses.


En la ciudad de Mérida a 28 de julio de 2015.

Revista de Ferias de Mérida 2015.