podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, febrero 07, 2009

HISTORIA DE UN NIÑO...


era un niño que veía cómo tras los visillos el día siempre era de una claridad agradable, meridiana, perfecta; pero cuando abría la puerta para disfrutar de él el frío reinante le helaba el cuerpo, también el alma. - Adiós, decía el niño, y prometía que nunca más abriría aquella puerta. Pero aquel niño todos los días se situaba al alba tras los visillos y todos los días veía un día de una claridad agradable, mediriana, perfecta... heladora.

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