Yo fuí Atila; yo fuí San Juan de la Cruz, y batalla de Salamina, y prófugo de la luz. Acaso pude ser Napoleón, pero no Nerón, no.
Pero no fui esvástica ni vida fantástica.
Mi dosis de pecados fue bastante parca.
Y el mayor enemigo de mi alma fue el hambre...en la ciudad de Mérida a seis de marzo de 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario