yo era un papel arrugado por la palabra esperanza; y es que ésta fue la primera palabra humana pronunciada a la salida del Paraíso; pero no la dijo Eva, tampoco Adán la dijo: la dijiste tú, la dije yo, y estos y aquellos, todos los que estábamos allí en contrapotencia pronunciamos al unísono aquella primera palabra tras el destete paradisíaco.
Adán y Eva, a su propia vez, comieron una manzana y se vieron desnudos.
Yo era un papel arrugado por la palabra esperanza; pero yo no sé si tus dedos pueden alisar la superficie de esa palabra...: estoy desnudo... ( he tomado un sorbo de escarcha).
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