A Rafael Ortega García no le ha gustado que Ceferino López propusiese que a su padre, el ceramista Rafael Ortega, se le dedicase un "museíno" y desconociendo la significación de esta palabra y sin saber que él mismo se creó su propio "museíno" -entretanto inventaba los negocios transversales a los de la calle José Ramón Mélida- lo ha puesto a bajar del burro.Pero lo realmente grave es que Rafal Ortega García ha lanzado una sucia pella de barro contra todos los fotógrafos no subvencionados que en Mérida son y han sido: entre ellos los boccónis, los barrera o el de la puerta de la villa -del cual conservo hasta algunos negativos y sus fotos de carné como oro en paño- ...: "También indicarle al Sr. López que se dedique a lo que también sabe hacer y a lo que ha hecho siempre, que no es otra cosa que fotografías para el carné de identidad y fotografías con su polaroid...".
No señor Ortega García, no; Ceferino López como artista no necesita consejos; es "un estado mental independiente"; es decir un individuo autónomo, autosuficiente y hecho a sí mismo, original, creativo, adaptativo y grande... muy grande; un intelectual, explorador, que no se queda en la iteración de un descubrimiento casual sino en la búsqueda iterada y consciente de nuevas realizaciones a través de los nuevos medios. Y como Pinito del Oro trabaja sin red.
Y como persona Cefe es buena gente y buena persona y "no se ha metido" con su padre, al contrario: museíno rima con ceferino...
