a mi imagen y a mi semejanza; por ello no hizo falta que te pusiese en un jardín; bastó una simple sombra para que te subieses al árbol buscando el sol.
Y que yo recuerde no hubo conseja de sierpe ni prédica divina.
El sol es un fruto que se protege a sí mismo.
Y es que seréis como dioses pero nunca como soles...
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