no sé

quién pero alguien me dijo que yo era un castillo en el aire; le pregunté que quién era mi constructor y me dijo que yo mismo.
Yo sé que la introspección, como la visión macrocóspica, siempre ha sido una de mis debilidades -por analogía lo de arriba es como lo de abajo y lo de fuera como lo de dentro o yo como tú-.
Por tal no me ví yo con escuadra, regla y cartabón ni tomando a los dioses como modelos para coger la plomada o la hormigonera.
- Pero tú sí construyes castillos en el aire, volvía a repetirme.
- ¿Yo? ¡Pero si no tengo callos de azadón ni de pala ni de paleta, ni tengo asperezas de cal o de cemento¡
- Sí, sí, tu construyes castillos en el aire... y tú eres uno de ellos.
[un sabio dijo que los castillos en el aire eran utopías hechas a imagen y semejanza de los deseos imposibles de los dioses]