podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, septiembre 01, 2007

Y LLEGÓ SEPTIEMBRE...

Como si de la luz no se tratara, como si del placer no se tratase, como si la alegría no tuviese ocasión y vuelta, como si la belleza no tuviera reencarnación o repetición, como si todos los males se concentrasen en una y única sola fecha... llega septiembre, se impone septiembre y septiembre todo lo llena y envuelve como sus noches - cada vez más cortas y oscuras-.

Y septiembre, con algo de adelanto, da comienzo hogaño al año nuevo, al verdadero, como antaño. Y este año, no por bisiesto, un poco más largo por ser hoy sábado y el martes día de fiesta local en Mérida.

Pero ya tenemos la mártir encima, según decimos para el consuelo y la no desesperación; y es que la festividad de la mártir, el 10 de diciembre, es antesala de las vacaciones de Navidad y antes de, en ocasiones, descomunales puentes.

Pero yo a la mártir, Santa Eulalia de Mérida, ya la tengo entre dedos, teclado, disco duro y mente: a final de septiembre tengo que entregar el artículo para Totana y enjaretar el de Mérida que, a más tardar, el 15 de octubre, ha de estar firmado; luego queda el articulito del especial eulaliense del diario "HOY".

¿Habrá alguna grata sorpresa?

Como ya dije el artículo totanero tratará nuevamente sobre Santa Eulalia y García Lorca en el que descubro a Salvador Dalí como gran crítico literario; en cuanto al de Mérida podría tratar sobre el Martirio - según se entendía hasta el siglo VIII- y la Cosmología Cristiana...

Ayer volví a mi huerto y pude comprobar con más tiempo el desastre: apenas si han crecido las plantas y apenas si han dado nuevos frutos; en realidad las tomateras se han secado prematuramente. Y según me cuentan este desastre ha sido generalizado...

Pero aún quedaban peras, pequeñas pero muy dulces y frescas a primeras horas, en los árboles y aunque con pocas piezas las zamboas presentan buen aspecto; incluso puede que de los manzanos haya sobrevivido alguna pieza. Al regresar a Mérida pude contemplar un extenso tomatal, paralelo a la carretera, totalmente seco; mal de muchos... siempre consuela.

Y como las dichas no debieran ser completas me entero ahora de que soy el autor de la no publicación de un libro del que soy autor -básicamente tenía muy poco folklore y menos teatro-; claro que es la opinión de un político y los políticos, por muy honrados que sean o son, no admiten apenas irresponsabilidades y yo, en complementariedad, lo reconozco -por activa, pasiva y reflexiva- , no me dedico ni al cortejo ni a la corte ni a las merindolas. Eso sí cuando a mis hijas o nietos determinados políticos les pidan libros para publicarlos habrán de pagarlos caros, muy caros -tiempo al tiempo como, irónicamente, diría Unamuno-.

La Revista de Ferias de Mérida ha cambiado de formato y de forma, es decir de diseño, mejorando considerablemente su presentación - es más alta y delgada-; especialmente ha mejorado la revista ferial porque los artículos no se acompañan de infinidad de anuncios que hacían difícil la lectura. Quiero recordar que en un artículo sobre Pegatinas de la Transición apenas se diferenciaban éstas de los anuncios.

Cuando nos llegó la revista a Punta Umbría mi esposa se encontró con una agradable sorpresa: en una de las ilustraciones de mi artículo aparecía el nombre de la hermana de una de sus más apreciadas amigas de la infancia muerta en plena juventud.