no es ni los pies ni la cabeza, quizás tampoco el estómago o el corazón; y sí sea la bendita y hermafrodita génesis de España.
¡Qué lejos quedan ya estos mis versos de los años setenta
Dios te alivie, Extremadura;
llena eres de frías sombras,
la vejez está contigo.
Bendita entre las tierras,
bendito el vientre tuyo
engendrador de hombres tristes.
Santa tierra mía,
madre de los hombres que padecen hambre,
ruega por nosotros soñadores
y no nos dejes caer en
el cansancio, mas libéranos
del sueño. Amén.
llena eres de frías sombras,
la vejez está contigo.
Bendita entre las tierras,
bendito el vientre tuyo
engendrador de hombres tristes.
Santa tierra mía,
madre de los hombres que padecen hambre,
ruega por nosotros soñadores
y no nos dejes caer en
el cansancio, mas libéranos
del sueño. Amén.
Y Extremadura no nos dejó caer en el cansancio y nos liberó del sueño.
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