siempre solo y un puñado de palabras inútiles cuando no innecesarias o imprudentes o demasiado silenciosas;
siempre solo...
siempre solo de si mismo y con toda la Historia y toda la Geografía extendida por su piel a modo de cáncer espeluznante.
Siempre solo mientras sus manos se entrelazaban como buscándose...
siempre solo y el mundo envuelto en un pañuelo
[- cuando yo te encuentre reirán los pájaros nubes de dientes blancos.
- y tú serás un corrusquito de paraíso.]
siempre solo, con la dulzura envuelta en papel de estraza, con la piel sin áloe vera pero el corazón de áloe vera...
siempre solo... sin mundo sin demonio sin ni siquiera carne
[y sin espíritu que se quedó enredado en una rama del Árbol del Paraíso].
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