En los ocho años que llevo investigando sobre la figura de Santa Eulalia jamás había llegado a finales de octubre sin terminar el artículo de la revista emeritense que por título lleva su nombre y que edita su Asociación en el mes de diciembre.
El artículo, por su complejidad, se me está poniendo ladera arriba y además de concluir el texto me quedan aún ¡¡¡por afinar las notas a pie de página¡¡¡
Y, para mayor desgracia, ni ayer ni hoy me han llegado unas fotocopias imprescindibles...
Pero saldremos en bien del atolladero pues el título bien lo merece: LA “CIUDAD DE DIOS” DE SANTA EULALIA EN MÉRIDA; aún no he configurado el subtítulo que podría ser "los “reinos” espirituales de Santa Eulalia sobre los vivos y los muertos".
¿No es enternecedor y hasta estremecedor que el europeo, francés, que escribió en la primera lengua romance el primer texto no latino le pidiera en él a esta mártir emeritense, lusitana e hispana que intercediese ante Jesucristo para conseguir la vida eterna?
Por cierto enhorabuena a Cristina Godoy Fernández por su libro Arqueología y liturgia. Iglesias hispánicas (siglo IV al VIII), Universidad de Barcelona, Barcelona, 1999 y malhora a quienes debían de haberla leído y aún lo lo han hecho por el gran margen de investigación que dejan...
Por cierto a André Grabar hay que leerlo completo y saber además que no es francés católico sino ruso ortodoxo, es decir, historiográficamente, un investigador excepcional; por ello es el único teorizador de la arquitectura cristiana inicial que sabe que la no aceptación del Apocalipsis como libro revelado por los orientales les permitió a estos realizar dos tipos de iglesias; por contra los occidentales sólo erigieron iglesias martiriales martiriales o martiriales de segunda generación(a través de deposición de reliquias).