podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, noviembre 08, 2008

MEMORIAS DESDE UN GATO...


yo le puse el nombre de "Judi" y ahora me entero que el mono por el que lo bautizé también era macho.
Me lo dieron recién nacido y porque yo se lo pedí a sus dueños se libró de morir estrellado contra una pared de piedras cercana al "lejío del gato" en Llerena -de esta forma se mantenía limitada su población-; y había nacido en la casa de porencima de la mía.
Y nos hicimos amigos y hermanos pero fatalmente murió a cusa de la infección provocada por un balinazo -mal haya ventura el que le disparó-; mis padres me ocultaron su muerte y la causa por temor a que me erigiese en juez y guardia justicia.
Un buen día atravesó la calle y desapareció; debió de haberse echado una novia en los patios y corrales de la acera de enfrente; mucho después apareció en el tejado de Juana la de Carabina
y con mil paciencias infinitas conseguí recobrarlo realizando para ello una aproximación progresiva; pero curiosamente cuando le acaricié el cuello ya dejó acariciarse la cabeza.
Y cuando nos vinimos a vivir a Calamonte mi padre lo introdujo en una cesta de mimbre; cuando fue liberado nos buscó como único referente; de esta forma no se cumplió la leyenda de que los gatos de los ferroviarios volvían a sus hogares cuando eran trasladados recorriendo cientos de kilómetros.
Era una gato con buen gusto; especialmente le gustaba el jamón ibérico bien curado...
En Egipto los gatos eran sagrados; en mi corazón también - pese al mal olor de sus rabos quemados en el brasero de cisco o picón-.

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