y la mirada postrera será un reloj detenido en tal instante y su pulsera manchada de rojosangre barrotierra.
LO ASESINARON SIN QUE ÉL VIESE CÓMO LE LLEGABA LA MUERTE -el sueño, como a los condenados a muerte, le había vendado los ojos-.
y la mirada postrera había sido un canto -¿"ahora que vamos despacio..."?-.
LO ASESINARON SIN QUE ÉL SIENTIESE CÓMO LA MUERTE LO TOMÓ EN BRAZOS.
pero a él lo enterraron en campo santo y a mí me arrojaron en medio de la carretera...
LO ASESINARON; SÍ A ÉL LO ASESINARON PERO PARA MÍ NO HUBO PSIQUIATRAS NI PSICÓLOGOS -PERO NO ME FALTARON LOS CALCETINES NEGROS NI TENER QUE HACER LOS DÍAS CONTRA TODO DIAGNÓSTICO Y PRONOSTICO... -.
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