Claro que sí, que a mí sí me llegan los aires fríos y heladores del Norte.
Y por ello no te ofrezco ni mis manos ni mis labios fríos y heladores, claro que no.
Y por mucho que mi corazón sea un hermoso cristal de hielo pasa presta de su proximidad; bombea sangre en heladores y aguzados témpanos helados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario