y su final y su ocaso no acaso, seguro. Todo tiene su fín. La tierra me reclama y tira de mi encogiéndome la estatura y las ganas de vivir. Todo tiene su fín y al encogerse mi estatura y mi ánimo cada vez me veo más una insignificante insignificante mota de insignificante polvo insignificante. Todo tiene su fín; también, al fín, mi fín -y además tú eres mi final (¿por qué final rima con puñal?-.
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