podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, mayo 31, 2008

DE MI PARAISO.


Acabo de llegar de mi huerto calamonteño y, como ya es costumbre diaria, se ha puesto a llover.
A causa de las lluvias, que me han impedido laborarlo, mi huerto se ha llenado de malas hierbas; esto quiere decir que la próxima semana, si no llueve como la anterior y la anterior de la anterior, etc., tendré que dedicarme a desherbar.
Mientras desherbaba los surcos de las filas de hortícolas que he plantado me llegaba el intenso y embriagador olor de las acelgas florecidas; además he sufrido los desgradables pinchotazos de una hortiga, rara en esta época, y descubierto que las aguas han hecho resurgir la hierbabuena; también he visto un pajarillo con problemas mientras al llegar me saludaba una nube de pájaros.
Y entretanto, en pleno pueblo de Calamonte, no he oído ningún ruido, humano por supuesto...

1 comentario:

Anónimo dijo...

naturalemente: bello silencio, que embriaga y reconforta