a la luna también se le suben los colores; recuerdo una noche en que iba yo al cine de verano en Llerena cuando bajando por la calle de la Aurora -con estos nombres cómo no ser poeta si naces en Llerena- ví, por vez primera, una enorme, enormísima luna naranja, naranja, naranja. Me asusté creyendo que aquella luna venía hacia la Tierra. Ahora, cuando vuelvo de Calamonte,y me la encuentro recuerdo siempre esta anécdota. U.A.
3 comentarios:
ruborizada me hallo,
amapolas por mis rostro...
a la luna también se le suben los colores; recuerdo una noche en que iba yo al cine de verano en Llerena cuando bajando por la calle de la Aurora -con estos nombres cómo no ser poeta si naces en Llerena- ví, por vez primera, una enorme, enormísima luna naranja, naranja, naranja.
Me asusté creyendo que aquella luna venía hacia la Tierra.
Ahora, cuando vuelvo de Calamonte,y me la encuentro recuerdo siempre esta anécdota.
U.A.
ay la luna encantadora...
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