los barcos pierden la estrella y embobados se estrellan contra los escollos; los pájaros embobados en su contemplación achatan sus picos contra las montañas; el aire embobado acelera su pulso y le sale el corazón por las nubes.
Y yo..., yo siento cómo un canto de vida se me incrusta en el cuerpo e irremediablemente se transforma en un día más... de vida -y es que al estrellarme contra el suelo me sale un buen chinchote de vida-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario