El Lenguaje de los Sueños no tiene palabras aunque sí sobreabundan en él los versos y los estilos y la semántica o la prosodia; pero lo que más falla en él es la ortografía y, cómo no, la fonética y la sintaxis. El Lenguaje de los Sueños siempre es agua ya de arriba o ya de abajo ya de mar o ya turbia y desalhada; si se mira a los ojos descubre miradas detenidas en el vuelo de un ángel sin más mensaje que sus propios besos o versos -el Sueño es un resto de cuando éramos Caos (y la Vida el hágase la Luz o el Orden)-. El Lenguaje de los Sueños no tiene almohadas ni blancas sábanas; en ocasiones se desarrolla en lienzos de cueros vivos como niño recién nacido... El Lenguaje de los Sueños intenta imitar el amor adolescente; por ello te despierta un vacío irrellenable como la sed del desierto... El Lenguaje de los Sueños es mímica, espacio y caída; un hijo imposible o pero tú mismo como pecado, absolución y penitencia...
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