podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

jueves, julio 26, 2007

VOLANDO.


El teléfono y el correo dicen al unísono que todos están en vuelo y que nadie coge el teléfono ni abre las puertas o los emilios porque están en vuelo, es decir, que están lejos, muy lejos.
Las playas, los montes y los ríos, los pueblos, las ciudades y las carreteras los están sufriendo mientras ellos gozan o creen gozar -lo estamos pasando muy bien; ayer fuimos a...-.
Y mientras yo aquí gozo en alborozo y en asombro de un mes de julio único en mi vida y en la de mi madre -tampoco ella en sus casi noventa años, según me cuenta, había conocido estas fresquísimas temperaturas-.
En Extremadura el mes de julio era terriblemente mortal para los niños pequeños; ya está preparando Santiago su corona decían las gentes cuando los párvulos que sobrevivían al frío o al hambre del invierno y del liberalismo comenzaban a morir por deshidratación.
Sin embargo su muerte debía de ser más gloriosa al formar corona al matamoros... quien a falta de moros a quien cercenar...
[esto del moro me recuerda a los comentaristas deportivos y sus referencias históricas: los teutones o los vikingos(por los alemanes, los daneses etc.); los moros, en realidad, son muy anteriores a la invasión musulmana del Imperio Romano africano; vivían, por tanto, en las fronteras y eran los bárbaros del sur, emigrantes hacia un mundo que creían más rico y mejor pero con espada y daga en la mano].
[evidentemente el tal de la foto no soy yo sino uno que vigilaba la playa]