No me gustan los coches ni me gustaron - de haberse creado INTERNET en el siglo XIX los coches hubieran sido muchísimo menos necesarios-; tampoco me gustarán; sin embargo no dejo de reconocer su belleza y en éstos convertidos en piezas de museo la reconozco aún más; también reconozco la tremenda y bella contradicción entre los relojes en que se inscriben: mientras ellos permanecen el tiempo continúa...
Sin embargo estos automóviles que fueron fabricados para avanzar más rápido que el tiempo también son piezas de otro reloj, el de la Historia...en ella, sin embargo,quedaron aventajados por el tiempo.
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