¡Días atrás una persona que pertenece al grupo de mis afectos ponía en mi conocimiento mi tendencia a ironizar conminándome a no hacerlo con ella¡
Han transcurrido varios días y tal persona me ha vuelto a dirigir la palabra, como gesto de normalidad, para contarme una historia en la que los protagonistas, lo ha deducido por su sobrada inteligencia, se portan mal cuando no están realizando actividades regladas.
Le he seguido la conversación con una seriedad en mí no acostumbrada ya que parecía más un repartidor de esquelas mortuorias que yo mismo porque, advertido, no me gusta hacer daño a quien aprecio y no sabe distinguir mis alegres y afectuosos distingos y dispendios.
De todas maneras, huyendo de [la ironía] le cayó en la frente: decían que en la mili a los soldados procuraban tenerlos el mayor tiempo empleados en mil oficios y algunos hasta sumamente caros,V.G. : levantar un muro, tirarlo y volver a levantarlo infinitas veces.
Y es que les decían los mandos que un soldado en solaz no tenía buenas ocurrencias.
El ejemplo pudiera ser catastrófico pues ya no hay mili y "los soldados de hoy" no dan problemas.
O dicho de otra forma: estoy viendo en esta persona a algún cabo o sargento chusquero de aquellos que conocieron y me contaron mis compañeros de quinta.
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