Y yendo a tí subo al último
tren sin garitas a la vida;
entre sus topes
se arruga mi estatura
como una perra chica
adredes puesta sobre la vía.
Sólo existe un destino:
el vómito al momento
de la salida.
Y en la mirada
una nube de negra carbonilla.
o quizás el billete
sólo confirme
que el tren se ha detenido
en un descuido
de luz
de la catenaria.
- antiguo borrador-
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