Yo no soy prestidigitador pero si me lo pides verás que hago hasta milagros verdaderos:
Por ejemplo si me dices que me dé prisa en llegar a tí digo ¡¡¡arre, reloj¡¡¡¡ y el reloj adelantará la fecha y, consecuentemente, el encuentro.
Y si me dices que vuelva a tu tiempo pues yo iría en el sentido contrario del reloj diciéndole: ¡¡¡echa atrás, reloj¡¡¡.
Y es que el reloj, es decir el tiempo, es como un obediento mulo.
P.S. Pero para que el reloj obedezca hay que hablarle con el mismo tono de los antiguos campesinos...
N.B. El reloj tiene dos agujas porque el tiempo con la chica te inyecta vida y con la grande te inyecta muerte.
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