podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

miércoles, abril 30, 2008

LA CREACIÓN SEGÚN LA GEOMETRÍA FRACTUAL, UN SERIO PERO A LA MANZANA DE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DARWINISTA


Y vió que todo lo que había hecho era bueno
y al séptimo día descansó...
Génesis, etc.

Pero Dios no debía de estar muy confiado porque a la caída de la tarde paseaba todos los días por el Huerto -ya se sabe que antes se la habían jugado los ángeles-.
Y así descubrió que una plaga de promesas vanas en forma de sierpe le estropeó el Huerto -las fumigaciones preventivas con D.D.T. están contra la Libertad...-
Pues sí, a Dios le crecen los enanos... si por ellos entendemos a sus pequeñas imitaciones hechas a su imagen y semejanza y que a las primeras de cambio se le quieren subir a las barbas: sucedió con los Ángeles, sucedió con Adán y con Eva, sucedió con los de la Torre de Babel; y hasta quisieron subirle a sus barbas un becerro de oro en el desierto.
Pero Dios, que era bueno - como todos los escritores de éxito (la vida es la más grande novela y la de mayor éxito) con la excepción de Camilo José Cela- todo lo hizo perfecto; y para demostrarlo he aquí, tatachín, tatachán, la Fractualidad.
Los creacionistas frente a los evolucionistas lo tenían muy difícil hasta que la Geometría Fractual vino en su explicación: Dios creó el mundo de una tacada pero el mundo, tras la prueba de la libertad, decidió andar por sí mismo; y así, lo que por naturaleza era casi inmutable e insensible por semejanza a su hacedor, comenzó una loca carrera de tropiezos tal como una loca carrera de sacos...
que explicaré a través de la Metáfora del Paisaje Epigenético que Waddington utilizó para explicar el Desarrollo Individual del Embrión:
"Criticando el punto de vista preformacionista -escribe Emmeche- que considera que el desarrollo del embrión consiste simplemente en traducir un programa fijo previamente impreso en ADN, un patrón que ya contiene la forma, Waddington también inventó otra robusta metáfora: el paisaje epigenético, un modelo visual de la dinámica del desarrollo embrionario. El modelo imagina una bola que representa el embrión rodando por un paisaje curvado con montes y valles hondos y apartados: éstos corresponden a diferentes senderos de desarrollo para el embrión y sus células. Por debajo de este terreno, a veces Waddington representa una red de genes que en conjunto determinan la altura de cada monte y de este modo influyen en la facilidad con que la bola, sometida a perturbaciones aleatorias y de poca intensidad, puede ser empujada a una nueva senda durante su marcha. ... Además llamó la atención -Waddington- sobre el ruido de fondo o las más violentas perturbaciones ambientales que podrían empujar el equilibrio hacia otras sendas, dando por resultado un producto final muy diferente (la bola rueda hacia un lugar completamente distinto), aun con idéntico conjunto de genes)( pp. 94 y 95)".

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