yo era un crío de trece años que leía periódicos españoles y oía emisoras de onda corta -Radio Pekín, Radio Tirana, etc.-.
Yo era un crío de trece maravillosos años que estudiaba tercero de bachillerato.
Yo era un crío al que el alma se le colocaba en la garganta cuando la veía o pensaba en ella.
Yo era un crío que aquel verano escribió una obra de teatro.
Yo era un crío que comenzaba a versificar.
Yo era un crío... una de las imposibles españas, una de las futuras españas.
Yo, más que delgado, era íntensamente fino cuando se imponían no sólo las curvas de la carretera y los seiscientos entrados en volumen.
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