DISCURSO DE LAS EXPECTATIVAS CELESTIALES DE EULALIA (Santa Eulalia de Mérida).
del Padre, tú verás, querida madre,
cómo le quito el triángulo tan serio
y le pongo corona
de adelfas del río Anas.
Y jugaremos todos a tres en
raya y también al aro, -¿te imaginas
a Dios jugando
de gallinita ciega
o al pincho
o saltando a la comba?-.
(Y para merendar, prepararemos
una gran rebanada
con dulce de membrillo o de
aceite y azúcar
- que en el cielo los dientes no se pican-).
Pues sí, madre, en el cielo
jugaré mucho yo con Dios
porque Dios además
es un niño chiquito
muy alegre y juguetón
al que le gusta mucho jugar al
escondite -y a mi mucho, mucho más
al cogido, querida madre-.
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