He vuelto a mirar la hora en que se paró el reloj de tu mirada. Intentaré mover sus manecillas con mis ojos para que hagas el viaje por la aventura del serás a trozos y a tropiezos.
No te importe que no llegues a la cima del monte; impórtate que tu muñón no es falso y que las estrellas te miran benignamente cuando pasan por la casa en la que el reloj de pared no pudo ser colgado.
en Valladolid 1976.
2 comentarios:
Preciosa y apreciada poesía
es del año 1976; pero tú ahora eres quien la escribes todos los días.
U.A.
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