Es uno de mis cuadernos hippies, lo adquirí en la Imprenta Grandizo de Llerena; pero éste no lo utilizé para escribir deberes; su evidente preciosismo me invitó a escribir en él algunas de mis primeras composiciones en verso; no obstante, dada mi aún ininteligible caligrafía,
el autor de la transcripción fue mi amigo y compañero Ángel Gallardo Blanco-Morales.
Por cierto ¡que desagradable¡ sensación cuando en la esquela mortuoria de su madre no vi ninguna referencia a su entrañable hermano Juan Antonio; posteriormente me enteré de que había muerto en Córdoba.