podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

sábado, agosto 04, 2007

EL SISTEMA ROMANO DE NUMERACIÓN V.

INTRODUCCIÓN ESPECÍFICA: DE LA NO ARBITRARIEDAD EN LA ELECCIÓN DE LAS LETRAS DEL ALFABETO LATINO PARA REPRESENTAR EL VALOR DE SUS NUMERALES. (CAUSALIDAD EQUIFINALISTA VERSUS AZAR).
Luis Cortés y Góngora traduce en las Etimologías de San Isidoro que entre “los latinos... únicamente sirven las letras para formar las palabras, exceptuando la I, que significa uno, y la X, que indica con su figura la cruz y en número representa el diez ”. Santiago Montero Díaz anota ante el texto anterior que “se sabe que esos signos, que significan números, no fueron letras al principio, sino sólo números, y después se utilizaron para letras y no al contrario ”.

O lo que es lo mismo: los sabios antiguos creyeron que los números precedieron a las letras y, consecuentemente, eran independientes de éstas.

También Elisa Ruiz García, basándose en De Saussure , hace expresa distinción entre la no equiparación de la cifra y la letra tanto por su contenido como por su función .

Para la investigadora existe, además, una distinción radical entre “número” y “letra”; si en el signo lingüístico la relación entre significante y significado es arbitraria, en el signo numérico no es arbitraria la relación entre el significante numérico (su estructura) y su significado (la cantidad) .

De aquí que, incluso, refiriéndose al Sistema Árabe o Hindú observa que desde “un punto de vista morfológico, los números arábigos responden a un esquema estructural distinto del que se encuentra en nuestras letras. Es decir, su esqueleto – finaliza- refleja una organización espacial diferente ”.


No obstante advierte que sin embargo “ se puede establecer cierto paralelismo funcional entre la serie de los números y de las letras, en la medida en que son dos conjuntos cerrados cuyos componentes actúan como unidades mínimas:

una cantidad es susceptible de ser analizada en sus elementos o cifras, al igual que una expresión verbal en sus fonemas y/o grafemas ”.

Por nuestra parte analizaremos “los fonemas” o “grafemas” de las cifras; o para ser más exactos, los “monemas”, según la terminología europea o “morfemas” en la terminología americana ”. Con ello completamos el Sistema Romano de Numeración como un Sistema en todos sus niveles, también en el de la Estructura de sus Elementos.

A través de una simple observación sería difícil establecer distinciones estructurales entre las letras del Alfabeto Latino y sus Símbolos Numerales. Sin embargo una observación más precisa permite deducir una organización estructural específica armónica con sus valores y con sus “monemas” aritméticos aunque “externamente -escribe Gaur- la diferencia entre las letras griegas y romanas era ligera, manifestada sobre todo en la tendencia de las letras romanas a sustituir, siempre que fuera posible, los trozos angulosos por las líneas curvas (por ejemplo, D por Δ, S por Σ ”.

Y, sin embargo, todas las “letras” del Sistema Romano de Numeración, a excepción de la “D”, son angulosas.

El Sistema Romano de Numeración pertenece al grupo de los Sistemas Aditivos . En este grupo se integran los Sistemas de Numeración Jónico, Egipcio o Fenicio.

Todos los sistemas aditivos excluyen el símbolo numeral cero . Su precedente griego, al ser un sistema económico en cuanto al número de sus elementos, no es el Sistema de notación Jónico o de Alejandría que se basaba en la asignación de un número a cada letra del alfabeto sino el Ático.