Entonces no recuerdo muchos árboles en Llerena salvo extramuros el árbol de la "la gasolina" y los eucaliptos de los arrabales -de Texeiro- o algún otro en el jardín del Centro de Higiene -en ese lugar tétrico en donde nos vacunaban-, entre otros como los de las huertas o del Paseo del Progreso o los olivos del final de la calle Ancha.
Dentro de los muros había en algunas casas particulares alguna palmera - símbolo de bienestar económico y cultural- así como dos en el jardín del palacete modernista de doña Mariana; las palmeras también adornaban la fachada del Ayuntamiento y diversos árboles se erigían en el primer jardín de la Iglesia de Santiago situado en su puerta principal; también había árboles -un amargo cinamomo...´- en el hermético jardín frente al primitivo Cuartel de la Guardia Civil en la Plaza del Espíritu Santo... (y digo hermético porque hubo tiempo en que era un mírame pero no me toques y estaba cerrado a cal y canto con alambre de espinos -uno de los hermanos de José Antonio Perozo, el que era de mi edad, cuando júgabamos en sus proximidades al caerse sobre ellos le hirieron la cara-).
Este jardín era precioso y se inspiraba en los jardines geométricos franceses pero tenía el piso amarillo de albero andaluz y la pedrería geométrica divisoria de los parterres y sus esquinas se habían fabricado en granito gris y blanco.