podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

domingo, febrero 10, 2008

DEL AMOR SEGÚN VALLE-INCLÁN.


"Era la tarde; bajo los tilos antiguos del jardín, María del Rosario, la doncella que había ofrecido su virginidad a Dios, leía su libro que sostenía en sus blancas delicadas manos. La palidez de marfil de su rostro se recortaba sobre el fondo oscuro de los mirtos añosos. El cielo se reflejaba en los límpidos cristales del estanque y los lirios llenaban el aire puro de la tarde de un perfume suave y delicado.¡Oh, qué momento de plenitud sin pecado¡".
Ramón María del Valle-Inclán.

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