LA FOTOGRAFÍA.
Entonces era un niño jugando a la esperanza
y sólo comprendía
el piar de los pájaros
y el alegre bullir de la alegría.
Zurcíamos disputas en las calles
y un misterio tenía
cada cosa ignorada, cada giro
que daban las eternas golondrinas.
FRANCISCO MENA CANTERO
Aún no ha llegado ayer, Sevilla, 1972, p. 17.
No será la primera y última vez que este poeta venga a esta antología ya que es un poeta al que tengo firmemente incrustado en el alma; de él no puedo porque no quiero decir más allá que un buen día me cogió la mano y me enseñó a trazar los primeros versos; y, a decir verdad, su caligrafía, sus versos usan de los más bellos alfabetos, era buena, extraordinariamente buena (y en la misma proporción humana): mi mano no (tampoco mis ansias desaforadas de que llegase el futuro); por ello mis primeros fueron mis últimos versos.
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