Yo no sé si en ti se han reunido todos los ángeles, todos los arcángeles, todos los tronos, todas las potestades, todas las dominaciones o todos los serafines o todas las fuerzas del universo...
Yo no sé si tú eres la nueva y espléndida pandora con efecto placebo o el tiresias sin efectos secundarios perversos...
Yo no sé si eres el calor y el color proporcionado por llevar incorporado e inamaldo un preciso termotasto de gracia, arte, elegancia, naturaleza, finura, suavidad, encanto...
Yo no sé si eres palabra, frase, poema o novela -pero al leerte la vida dura tanto como la eternidad y huele a perfume entre agua, azucena, alma, miel, espliego, sonrisa, hinojo, rosa, lila, corazón, humor...-; pero seguro que como fonema o grafema tú no has salido de un taller literario...-yo sí, desde el tuyo, desde el día en que quisiste leerme las rayas...; no, no las arrugas de mi alma-...
Yo no sé si tus dedos sostienen como columnas el cielo pero sí sé que me sostienen, tienen y entretienen aunque yo, mi incipiente reúma lo atestigua, no formo parte de ese cielo cuya existencia me anuncias a modo de maravillosa cartelera o programa de mano...
Yo no sé si existe el cielo pero si tal tú existes tal él debiera existir (lo Mejor, según el filósofo, es reflejo de lo Óptimo)...
Yo no sé si yo pudiera ser tú pero si esto aconteciera yo sería el más dichoso de los seres; y aún así no podría devolverte tantas satisfacciones.
(es que ser como tú es ser y estar, parecer, amar, sobrevolar, reír, jugar, soñar, esperar, mirar, oír, creer, saborear, correr, saltar, dominar el bien y espantar el mal, romper las cadenas y soldar a los demás a la alegría; a espuertas, con demasía, con hartura, con solidez y sencillez....).
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