podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

jueves, enero 17, 2008

MISCELANEANDO.

Y por qué se titula "miscelánea" este cuaderno? Pues sabrás que yo soy natural de la ciudad de Llerena y que en ella residí los primeros dieciséis años de mi vida.

Por tanto tuve conocimiento de la existencia de un escritor llerenense, Luis Zapata de Chaves, que había escrito el libro Varia Historia (Miscelánea) o Silva de casos curiosos en donde recoge mil hechos o sucesos y fábulas de su tiempo y de la antigüedad.
(En realidad es el inventor del periodismo sensacionalista y de reportajes).

De aquí que la palabra "miscelánea" me sea especialmente querida y aún más por mi afición a no excluir ningún tipo de conocimiento en mi talega .

Y es que es bueno, como asevera el refrán o la sabiduría popular, que haya que practicar el "entre col y col, lechuga" -posiblemente para no perder "gas"... entretanto-.

Pues sí, querido lector de estas microhistorias, si la vida te resulta un incordio o, por ello, te encuentras malhumorado o encorajinado o traspuesto o aventorrado o alunado o desenjaretado o aguachirlado o mastuerzado o te tienes por rascallú... miscelanea por el Conocimiento, por la Sabiduría, por el Humor; además del malhumor, siempre con pedernal, practica a Quevedo; aunque la sátira es harto difícil cuando tienes la misma desgracia poética que Cervantes (por ello te vas a un pretencioso y casquivano "tomatero", insípido o berriondo, y tu obra se transforma en una jangá sin más inspiración que la nada - y es que en literatura tanto la disfemia clónica como tonoclónica, por único recurso estilístico, es síntoma de catalepsia mental o, aún peor, de catatonía intelectual).

Salud.
N.B. La fotografía pertenece al Palacio de Luís Zapata de Chaves en Llerena, "La mejor casa de caballero de toda España" según su dueño.
Yo tuve la oportunidad de descubrir las columnas de abajo rascando las numerosas manos de cal que le habían dado desde dios sabe cuándo -las de arriba fueron inventadas-.
Este Palacio sufrió el expolio de gran parte de sus piedras, algunas de las cuales sirvieron para adornar la Plaza Mayor con bancos.