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¿De qué está compuesto el universo?
Esa pregunta, tan importante, se la planteó hacia el 600 A.C. el pensador griego Tales, y dio una solución falsa: “Todas las cosas son agua”.
Isaac Asimov.[1]
Noé despertó de la primera ebriedad[2] y entre hipíos y quieros a todo el mundo respondió poniendo hocico de pez con los ojos entretornados y buscando el equilibrio con el dedo aseverativo: “Eso es mentira; ni yo ni los míos somos agua”.
[1] Asimov, Isaac, Grandes Ideas de la Ciencia, Alianza, Madrid 1983, p. 9.
[2] Gén., 9,20.
Esa pregunta, tan importante, se la planteó hacia el 600 A.C. el pensador griego Tales, y dio una solución falsa: “Todas las cosas son agua”.
Isaac Asimov.[1]
Noé despertó de la primera ebriedad[2] y entre hipíos y quieros a todo el mundo respondió poniendo hocico de pez con los ojos entretornados y buscando el equilibrio con el dedo aseverativo: “Eso es mentira; ni yo ni los míos somos agua”.
[1] Asimov, Isaac, Grandes Ideas de la Ciencia, Alianza, Madrid 1983, p. 9.
[2] Gén., 9,20.
Evidentemente Noé había quedado deshidratado por dentro entre tanta agua por fuera...