podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

domingo, enero 06, 2008

SÍ, QUÉ PENA.



No me gustan las novelas - creo que ya lo he dicho ad infinitum- pero añado ahora que porque me basta la vida para entretenerme, aprender, etc.,.... o pasarla y etc., -tampoco me importa la inmortalidad (de todas maneras en aras a ella ya, por vanidad, he dejado algunas cosas que no me cubre "EL OCASO")-.
Quizás no me gusten las novelas no porque crea que puedan secarle el cerebro al lector empedernido -a quien corresponde enloquecer es al escribidor-; es que, además, es muy cansino leerlas.

Sin embargo respeto a quienes las conciben y aún las escriben.

En las novelas hay personajes nada realizables y tal personajería no me interesa; prefiero a los que en realidad me llegan y se ponen a mi altura y se sobreponen a la mirada; y puestos a mi altura me dan a cavilar y pensar en quiénes son, de dónde vienen, a dónde van...

Generalmente prefiero que no hablen: su voz, en las más de las ocasiones, puede romper todo el "embrujo" y el personaje más "imponente"se transforma en nada, nada, nada.
(En cierta ocasión me hablaban emocionadas unas chicas en el tren de un muchacho guapo e interesante al que sólo le habían oído una frase en inglés; yo se la repetí y me preguntaron si lo conocía...
Y en el tren, en aquellos vagones de segunda con departamentos, sí que leías interesantísimas novelas; recuerdo que en una de las fugas del "Lute"... o a aquel lejía que...).
Creo que las voces son como una sesión de psicoanálisis y de interrogatorios con pentotal o en guantánamo, pero por pasiva -según respeto reflexivo de los derechos de los seres humanos-; mejor comparo la voz emitada y oída con una especie de análisis de A.D.N. hecho a través de la saliva.
La voz, incluso, dice más que la escritura del más avezado escritor incluídos, claro, los poetas; con ella me hablan "manué" o "melania", "ana" o "mananena" y fernando.
Quizás por sus tantas faltas de palabras -"ana" hasta perdió un mal día todas sus primeras palabras- haya yo agudizado el sentido para captar la frase que rodea la palabra o la voz.

Y la frase de quien habla por voz o palabra es un mundo, el mundo; lo demás es literatura y si la literatura no es poesía sino subliminal intencionado intento de preceptiva...
Pablo Guerrero, él de Esparragosa de Lares y yo goteo sangre desde Puebla de Alcocer -poblaciones cabe de la Siberia extremeña, ahora Región de los Lagos-, tiene poesía en su voz y una voz áltamente poética como alto es "el castillo que se ve allá a lo lejos".

Pablo Guerrero tiene voz y palabra y sin embargo su voz garabatea poesía (para que también le entiendan los niños).

Luís Pastor es más del norte pero también tiene poesía en su voz y una palabra clara, transparente y mágica recolectada en mil montes-... palabra como las aguas deshieladas pero bellamente heladoras que hacen el Jerte.

Y Luís Pastor -que no lo quiten jamás del portal de extremadura- tiene voz y palabra y composita poesía.
Pero que siempre conste
ante el pájaro y el viento:
yo soy de donde el hombre
y el nombre y la hembra;
de donde la palabra
se hace hombre y hembra se hace;
y se nombra hembra
y se nombra hombre
como hembra.