El jueves pasado en la Concatedral de Santa María
de la Plaza Mayor, se presentó el libro Ahora que han florecido
los cantuesos (Recuerdos, situaciones y personajes de la Semana Santa de Mérida) de Chema size:100%;color:#000000;">-para los emeritenses-Álvarez Martínez.
Y al sustituir su nombre -José María- por su apocorístico o apelativo popular -Chema- vengo a significar conscientemente su primera y más principal valía: es un hombre de bien y para lo mejor (la prueba es que en la presentación ví feliz y ufano a uno de sus por él más queridos y entrañables amigos desde la infancia, muy reacio a estar presente en estos actos...).
Álvarez Martínez es una persona que ha conformado una personalidad propia y distintiva en la que sobresale, además de su valía científica, la Bonhomía -tal como sucedió en los grandes personajes de nuestra Historia local, que es universal; estos personajes se imponen sobre los inconvenientes del momento o de las circunstancias y de las personas.
Yo sabía de la inminente publicación de este libro desde diciembre cuando coincidimos en una Caja de Ahorros y me mostró el disco de 3 y medio en el que orgulloso guardaba el texto; posteriormente también fui uno de los afortunados en ver el diseño de la portada del libro, obra de nuestro común, admirado y admirable amigo Ceferino López; fue entonces cuando le inquirí, extrañado, el por qué del uso de la flor del cantueso o de la lavanda, una flor morada ajena a mi infancia, para definir la Semana Santa emeritense.
Y es que en esta flor primaveral propia y distintiva de Extremadura Chema aúna o sintetiza lo que ya he denominado como vieja tierra y, desde la época de nuestra muy común y querida Santa Eulalia, nueva religión.
Y a sus emeritenses; lo dice José Luís Mosquera Müller, también Cronista Oficial de la Ciudad y prologuista del libro,: "Busca, pues, en las personas y los rincones de la ciudad que le vio nacer y madurar, en su paisaje más cercano, los cantuesos que jamás se marchitan. Indaga entre un elenco de hijos de la primavera(doña Bati, Manolo Sanabria, Pablo Burgos, Lolín Moreno, Federico Ruíz, Federico de las Heras, ...".
Y es que, como verdad de perogrullo, la Semana Santa de Mérida es más obra de los emeritenses que de afamados tallistas, incluida la obra de la Ciudad - que pone sus piedras de época auténticamente contemporánea de los hechos representados-.
Y así nos la muestra este testigo y protagonista semanasentero de excepción: desde cofrade infantil, desde portador de paso, desde hermano mayor, desde presidente de la junta de cofradías, desde su emeritensimo.
Y haciendo valer su visión de conjunto nos ofrece en su pluma apasionada y entrañable la Semana Santa emeritense, toda la Semana Santa emeritense; pues hace historia de toda ella: de las costumbres cuaresmales y de la gastronomía, de las cofradías, especialmente de las que aún no tienen historia escrita, de la Junta de Cofradías y de sus obras; y para terminar los aspectos y recuerdos de nuestra Semana Santa finalizando con la semblaza de los personajes semanasanteros.