podrán

podrán cortar todas las flores;

siempre habrá un hombre semilla.

viernes, abril 20, 2007

POÉTICA II.


Esta tarde ha vuelto a llover y he cambiado el zacho y la mula mecánica por el teclado; y es que no es bueno trabajar la tierra recién mojada aunque sea para arrancarle de cuajo las malas y persistentes yerbas.
(La primera persona que me habló de la existencia de Internet y de sus usos en la investigación también me hizo referencia de que los romanos asociaban la existencia de minas de oro a unas determinadas plantas -era Ingeniero de Montes-; ¿no serán estas las [...]ditas malvas)? o serán tan raras y escasas como el preciado metal?).
Va a llover y Lines, la tortuga familiar, ya está a resguardo en... el agua; al agua, Lines, debe decirse ella porque en cuanto el hombre del tiempo anuncia la lluvia ella se moja artificialmente por adelantado.
...
Acabo de traer del cuarto trastero un archivador definitivo con el epígrafe de "Poesía" y en él hay de todo y de todas las épocas... hasta una casi infinita toalla de los trenes de R.E.N.F.E. con un poema escrito.
Abro la primera carpeta azul, también Álvarez 104, y el primer poema tiene como soporte una servilleta de bar, sobre una de aquellas servilletas que apenas te limpiaban la boca porque, dada su escasa porosidad, más servía de rastrillo.
El poema servilletero, sin fecha, se inscribe en mi época más religiosa:
He creido en el hombre respuesta
y en la tierra contestación;
nunca pregunté a Dios.
A continuación escribía yo
¿Debo preguntarle por qué
el agua no
y aquí se acababa.

Parece ser que el poema "Tan aprisa llegué al mundo" lo escribí en 1976, según leo.

El día día 8 de diciembre de 1976 me encontraba en Valladolid escribiendo que
Más tarde me anamoré de un viento
y como no tuviese alas
de nuevo quedé solo,
estéril, infecundo.
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Y ahora engendro poesía maldita.

El desamor como arma poética siempre ha sido muy interesante; ya que otros ojos se niegan a mirarte, con los tuyos te miras honda, intensa y placenteramente.

Como quiera que siempre me haya llamado la Geometría tras el trazado de siete circunferencias concéntricas con un compás en el círculo exterior escribí La palabra cayó en la tierra.
Qué pena: aún no había leído yo a Platón en su totalidad ni su cosmología atlantidista ni su atlantidismo cosmológico...

Por cierto en otro trozo de papel bosquejé la posible relación entre la Caverna de Platón y la Boca; pero no recuerdo por qué no continué "la IDEA".

La Esquizofrenia, entonces, era un mito, una realidad bella y enigmática tan bella y enigmática como aquella muchacha que, en Valladolid, vivía en una buhardilla que olía a inciensos indios y en donde se oía música mística de la India; un mal día aquella muchacha ebria de o embrigada por religión extraña desapareció; cuando regresó, al año siguiente, nos dijo que había estado internada en un psiquiátrico; cuando, siempre mi indiscreción pone dedo en llaga y me hace nombrar cuerda en casa de ahorcado, le pregunté que por qué no se "arremengaba" la blusa- por el calor que hacía-; y nos mostró el ataque de mil abejas sobre las venas de sus brazos...
(Y nosotros aún sin saber qué era ni un porro).
Y es que la Esquizofrenia, fuera de la Literatura, es como la droga más dura servida en un enjambre de mil abejas asesinas; endurece el alma hasta, más que dividirla y hendirla, partirla en partes conflictivas en todas las direcciones hasta destruirla.
El día 26 de junio de 1977, aún bajo los efectos de una apreciación literaria de la esquizofrenia, escribí en Calamonte
Tendrá el tiempo que deseo:
un alma compartida con la noche
y una penumbra en cada labio.
Bajo mi sangre agrietada
a grietas y a vértigo,
está meditando,
mintiendo,
dejándome inmembre.
No tendrá nombre pero yo...
voy a llamarla Esquizofrenia.

En la misma carpeta encuentro un poema con un chocante comienzo:
¿Dónde poner los muertos
para que los vivos no les maltraten
con su olor a putrefacto?

Y recupero un trozo poético encabalgado en dos versos:
Somos. El niño quiso saber de
qué barro procedemos; la palabra

Pues bien también o "tanmal" encuentro un dinacuatro con una dirección de un famoso oftalmólogo especialista en dar vista a los miopes y uno de los primeros dibujos de mi hija María y en él además encuentro unas reflexiones al FILO de la SOFÍA:
IN PRINCIPIO ¿fué?
............................¿hubo de ser? o, Desde el Principio, Desde
Siempre, Desde la Eternidad ¿no ha sido y será
la Palabra?
El Demiurgo miró al Modelo Eterno e hizo el Mundo, el Legislador miró al Modelo,
el tal de Mileto (en plural) miraba el Modelo en las cosas.
¿Hacia dónde mira el poeta?
Y de nuevo vuelta al Silencio.

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