podrán
podrán cortar todas las flores;
siempre habrá un hombre semilla.
domingo, diciembre 23, 2007
tratado de la ORTOdivFONÍA.
"Hago esto, muevo las manos para él, cuyo nombre está en el cielo, para él, cuyo nombre está en mi mano. Tómame, recíbeme, dame tu nombre, no permitas un nombre falso en mi mano. Para él, cuyo nombre está en el cielo, en la casa celeste, digo su nombre con mi mano, digo su nombre en el cielo. No permitas que mi mano mienta. En la casa celeste, di tu nombre. En la casa celeste, recibe el espíritu. Tómame, dentro está el tronco, la raíz de...[aquí se pronuncia el nombre del dios cuya presencia era deseada]. Para él, digo su palabra con mi mano. Que no desaparezca de mi mano. Él dice la verdad. Él está concluyendo su palabra aquí en mi mano. El se levantará si está bien dicha. Él concluye su palabra en mi mano[1]”.
[1] p.289, ver Villanes y Córdoba.