En 1955 la Revista norteamericana Scientific American publicaba un interesante articulo sobre el efecto placebo provocado por el enfermo. Es decir sobre el efecto que producen ciertas sustancias no medicinales al ser recetadas por un médico cuando el presunto enfermo pone a prueba su presunta omniscencia.
Pues bien el autor del artículo aseguraba que la sociedad nunca ha distinguido de forma tajante entre médicos y hechiceros.
En realidad ambos usan fórmulas dotadas de poderosos efectos convincentes e inmediatos y en ambos casos usan abracadabras incomprensibles para los no iniciados: si los unos usan rezos o invocaciones llenas de neologismos los otros usan la famosa ilegibilidad de la letra escrita en la receta cuando no también neologismos.
Pues bien el autor del artículo aseguraba que la sociedad nunca ha distinguido de forma tajante entre médicos y hechiceros.
En realidad ambos usan fórmulas dotadas de poderosos efectos convincentes e inmediatos y en ambos casos usan abracadabras incomprensibles para los no iniciados: si los unos usan rezos o invocaciones llenas de neologismos los otros usan la famosa ilegibilidad de la letra escrita en la receta cuando no también neologismos.